El presidente Alberto Fernández afirmó ayer que "todos los días" piensa si la capital de la Argentina "no tendría que estar en un lugar distinto a Buenos Aires", con la intención de darle "potencial" al interior del país.
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El presidente Alberto Fernández afirmó ayer que "todos los días" piensa si la capital de la Argentina "no tendría que estar en un lugar distinto a Buenos Aires", con la intención de darle "potencial" al interior del país.
"Todos los días pienso si la ciudad capital no debería estar en un lugar distinto a Buenos Aires, y tal vez venirse al norte para darle todo el potencial que genera una ciudad capital de un país", enfatizó Fernández.
Al participar con sus ministros de una nueva reunión del gabinete federal en la ciudad de Monteros, provincia de Tucumán, el Presidente precisó: "Tenemos que darnos cuenta que tenemos una enorme posibilidad de hacer las cosas de otro modo".
"La pandemia tiene que ser un instante de reflexión. Volver a reconstruir la injusticia no tiene sentido. Tenemos que construir otro mundo y otra Argentina. Y para construir esa Argentina nadie sobra. Todos hacemos falta. Los que nos votan y los que no nos votan", enfatizó el jefe de Estado.
En ese marco, Fernández puntualizó: "No quiero ser la Argentina que recibí. Quiero otra Argentina. Me quedo con la Argentina que en la pandemia se mostró solidaria. Somos un pueblo maravilloso, aunque quieran hacernos creer otra cosa".
"Siembran odio entre nosotros. Pero la esperanza también crece si la sembramos. Y si sembramos el amor crece más rápido que el odio y la esperanza", manifestó.
En sintonía con el discurso que realizó la vicepresidenta Cristina Kirchner durante el acto del pasado viernes en la Plaza de Mayo, Fernández destacó: "Hay que impulsar a los que tienen la plata afuera a que la traigan y la pongan en Argentina a producir".
A su turno, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, afirmó que el Gobierno cumplió su promesa de estimular "un proceso de dotar al interior y norte argentino de la infraestructura, logística y capacidad para generar trabajo".
"Este es el gran desafío que planteaba el presidente, que la gente tenga la posibilidad de quedarse a vivir en su lugar", señaló.
Por su parte, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, advirtió que el federalismo "no es sólo un discurso", sino "el plan nacional de obras más grande de la historia".
El encuentro se llevó a cabo en la ciudad de Monteros, una de las veinticuatro Capitales Alternas con el objetivo de "descentralizar la gestión de instituciones y organismos nacionales".
La delegación arribó a las tierras del jefe de Gabinete a las 11:50 y fueron recibidos en el Aeropuerto Internacional "Benjamín Matienzo" por el gobernador interino Osvaldo Jaldo.
Previo a la exposición, en el predio del Gimnasio Municipal, se firmaron alrededor de 40 acuerdos destinados a la inversión en la provincia.
Como primera actividad, Alberto Fernández se dirigió a Monteros donde inauguró la sede del Centro Judicial en la que pidió no concebir a la Justicia como "una corporación" sino como "un poder del Estado" que debe funcionar al servicio de la ciudadanía.
"Lo que tenemos es que analizar los procesos donde los procesos se desarrollan, garantizar un servicio de defensa adecuado, juicios imparciales, y que la Justicia no se involucre con la política", ponderó.
En ese sentido, el jefe de Estado completó: "Como dijo Carrara, cuando la política entra a los tribunales, la Justicia se escapa por las ventanas".
El mandatario estuvo acompañado por los ministros de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria; Seguridad, Aníbal Fernández; Defensa, Jorge Taiana; Interior, Eduardo de Pedro; Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez; Cultura, Tristán Bauer.
Paralelamente, en lo que concierne a la agenda del presidente, trascendió ayer también que resolvió aceptar la decisión del juez federal de San Isidro Lino Mirabelli, quien rechazó el cierre anticipado de la causa por la celebración del cumpleaños de su pareja, Fabiola Yáñez, en la Quinta de Olivos durante la etapa más estricta del aislamiento por la pandemia.
Fernández dejó expirar los plazos para la apelación y notificó que pese a discrepar con el criterio que sostuvo el juez Mirabelli, no recurrirá la decisión para que la investigación avance por los carriles normales de un expediente.
El Presidente había planteado una "excepción de falta de acción por inexistencia de delito", argumentando que el "peligro abstracto" del contagio de Covid-19 no se había concretado, razón por la cual no se había violado ningún artículo del Código Penal.