Doble fue la alegría de los docentes, compañeros y familiares de Gabriela y Florencia Llanos, luego de que ambas rindieran su última materia y se graduaran juntas como Técnicas en Museología. Tras cursar los tres años del trayecto educativo en el IES 11, finalmente ayer madre e hija presentaron su trabajo final que fue calificado con 10. Ahora van por el título de grado y ya se preparan para iniciar en 2022 la Licenciatura, a distancia.
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Doble fue la alegría de los docentes, compañeros y familiares de Gabriela y Florencia Llanos, luego de que ambas rindieran su última materia y se graduaran juntas como Técnicas en Museología. Tras cursar los tres años del trayecto educativo en el IES 11, finalmente ayer madre e hija presentaron su trabajo final que fue calificado con 10. Ahora van por el título de grado y ya se preparan para iniciar en 2022 la Licenciatura, a distancia.
Detrás de muchos jóvenes que emprenden una carrera terciaria o universitaria, hay madres, padres o familiares acompañando y apoyando esa instancia; el de Florencia no solo es uno de esos casos, sino que es uno muy particular en el que el acompañamiento de su madre fue más allá, al punto que decidió cursar la carrera junto a ella.
Y es que justamente ese fue el objetivo de Gabriela Llanos, el de acompañar y apoyar a su hija Florencia, quien se encontraba en un momento de incertidumbre. "Hace poco mas de 3 años falleció mi papá y eso provocó que Florencia cayera en un pozo de tristeza, de depresión. En ese momento ella estudiaba Psicología y a raíz de esto decidió dejar la carrera. Yo como mamá traté de ayudarla y buscar alternativas para que pueda seguir estudiando, así fue que asistimos a una muestra del IES 11 donde exponían la oferta académica y una de las primeras que vimos fue la Tecnicatura en Museología, que nos llamó mucho la atención. Ella estaba todavía medio indecisa, pero yo no lo dudé y le dije que me iba a inscribir en esa carrera y creo que eso la motivó a anotarse conmigo", relató la joven madre.
Sin haberlo planificado, pero decidida a hacerlo, Gabriela empezó a cursar junto a su hija. "Desde que ella nació, yo me dediqué más al trabajo y a cuidarla, pero sentía que una parte de mi había quedado de lado. Antes de ser mamá, estudié el profesorado de Educación Física pero no terminé la carrera y cuando quise retomar en la provincia de Salta, tampoco pude concluir, así que el estudio fue algo que me quedó pendiente. Entonces ahora me dije '¿por qué no?' y me decidí a empezar de nuevo", aseguró.
Si bien cursaron la carrera juntas desde el 2019 y la realizaron en el tiempo previsto, cada una demostró a lo largo del trayecto sus aptitudes, carácter, e intereses de manera particular, marcando sus diferencias. Según contó Gabriela "fue un trayecto hermoso, de muchísimo aprendizaje en el que nos descubrimos, porque si bien somos madre e hija, estudiábamos juntas, compartimos lecturas y demás, siempre nos vieron como dos personas distintas, con conocimientos diferentes y por lo tanto nuestros trabajos también lo eran, pero nos acompañábamos mutuamente".
Pese al cansancio por las horas dedicadas a su trabajo como preceptora en el Bachillerato nocturno de nivelación para el personal penitenciario, las ganas por superarse siempre estuvieron firmes al igual que el aliento que le daba Florencia, ya que entre las dos se animaban a seguir adelante.
Así, pasaron los años y sin darse cuenta, llegó el día de rendir el examen final. "La última materia, que fue Practica profesionalizante II, la rendimos juntas. Hicimos la práctica en el museo '27 de Abril, Combate de León', que es un museo de armas bastante nuevo en el que trabajamos desde comienzo de año, realizando un inventario de todos los objetos que allí se conservan, registros y fichas nomencladoras. Realmente un trabajo arduo porque son más de 800 piezas. Fue un trabajo final completo, elaborado por las dos y con una defensa integral que gustó", dijo la mujer, muy orgullosa.
Con 48 y 24 años, ayer madre e hija egresaron del IES 11 con una calificación sobresaliente, demostrando no solo una gran capacidad para la materia sino que "con esfuerzo y dedicación, todo se puede lograr". Esas fueron las palabras con las que, entre lágrimas, Gabriela Llanos definió lo vivido durante estos años, dejando entrever el valor del acompañamiento mutuo, de la familia y sobre todo el apoyo de los padres a sus hijos.