Profesionales abordaron aspectos vinculados con seguridad. Responsables del proyecto Retorno seguro a la presencialidad escolar dictaron las primeras capacitaciones en la escuela "Armando Pedro Pío Martijena" de Palpalá.
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Profesionales abordaron aspectos vinculados con seguridad. Responsables del proyecto Retorno seguro a la presencialidad escolar dictaron las primeras capacitaciones en la escuela "Armando Pedro Pío Martijena" de Palpalá.
Se trata de Gabriel Cruz, que abordó Seguridad e higiene; y Claudia Albornoz Lazarte, responsable Servicio Educación para la Salud del hospital "Wenceslao Gallardo".
Con la inmediatez del retorno a la presencialidad y la organización segura de los escenarios institucionales para la prevención de posible infección de Covid-19 es una realidad impostergable en la sociedad palpaleña, los promotores de la iniciativa elaboraron una planificación local participativa con los diferentes actores sociales capaces de realizar protocolos contextualizados, precisamente a la realidad particular de cada establecimiento educativo y a su cultura organizacional, señalaron en el marco de la primera capacitación.
La propuesta piloto se realizó con la Comisión de Higiene y Seguridad comunitaria y el Servicio de Educación para la Salud del nosocomio en la escuela primaria N°207 "Armando Pedro Pío Martijena", ubicada en el barrio 23 de Agosto de la ciudad siderúrgica.
Se realizaron tres visitas para conocer la dinámica de la escuela, su distribución espacial y los recursos disponibles en la institución. Se emplearon como punto de partida las recomendaciones de la Resolución CFE N° 364/2020 del Consejo Federal de Educación, "Protocolo marco y lineamientos federales para el retorno a clases presenciales en la educación obligatoria y en los institutos superiores" y de la Sociedad Argentina de Pediatría, "Marco de análisis y evaluación de riesgo para el desarrollo de actividades presenciales y re vinculación en escuelas en el contexto de la pandemia".
Se elaboraron posteriores al análisis de la situación local las recomendaciones que se consideran más apropiadas y que son factibles para realizar de manera sostenible en la institución.
Estas recomendaciones no son definitivas ni excluyentes de otras que puedan implementarse dependiendo de las modificaciones con respecto a la realidad epidemiológica, demográfica y educativa locales, por eso es importante mantener las líneas de comunicación para analizar cada fenómeno que pudiera surgir, explicó Claudia Albornoz Lazarte.
La Sociedad Argentina de Pediatría adhirió a las recomendaciones del Consejo Federal de Educación (CFE) elaboradas recientemente para analizar el escenario de vuelta a las escuelas.
El documento, denominado enuncia las siguientes condiciones fundamentales para el regreso a las aulas: Cada jurisdicción promoverá el regreso a las clases presenciales de manera parcial, progresiva y escalonada.
La presencialidad será limitada y deberá observar rigurosamente los protocolos de regreso consensuados por las autoridades sanitarias de la Nación y de las provincias.
Estas decisiones serán dinámicas y estarán claramente sujetas a la marcha de la pandemia en las diferentes regiones de nuestro país.
El retorno a las escuelas observará rigurosamente nueve puntos elaborados por los especialistas en salud. Contar con representantes de Educación en el Comité Operativo de Emergencia (COE) para la toma de decisión del reinicio de actividades.
De manera local se consensuará reuniones con la Comisiones de Higiene y Seguridad Locales.
Se realizarán protocolos participativos individualizados según realidad institucional.
Otro de los aspectos que tendrán en cuenta son "evaluar la forma de traslado que utilizarán los niños, las niñas, docentes y no docentes, para asistir a los establecimientos.
Recomendar el traslado mediante caminatas para los que asisten desde las cercanías, garantizar la frecuencia del transporte público y uso correcto de sanitizante para quienes lo empleen.
Otro de los puntos centrales de la prueba piloto es "contemplar la situación habitacional o niveles de hacinamiento de los niños, niñas y docentes con la planificación de acciones preventivas, distribuir en dos grupos la población estudiantil para evitar la sobrepoblación; mantener la población estudiantil según las recomendaciones de distanciamiento (1.5 metros) y sanitización (cada 30 minutos); disponer de uso de elementos personales, tener Kit de sanitización individuales.
Proponer el uso de pantallas en los pupitres para que los estudiantes puedan alternar el uso de barbijos, mantener los espacios ventilados, sectorizar el aula a efectos para organizar apropiadamente los espacios y que sean de fácil comprensión para los estudiantes.
Los profesionales de la salud, autores de la iniciativa consideraron instruir adecuadamente al personal docente y no docente acerca de los protocolos que deben seguirse para minimizar los riesgos de transmisión durante el tiempo de permanencia en la institución, con planificación de monitoreo permanentes. Mantener una bitácora de ubicación y estado de salud de cada estudiante a fin de controlar posibles rebrotes, mantener contacto fluido con las familias para realizar una detección precoz y aislamiento oportuno en caso sospechosos.
Mantener la simultaneidad de la presencialidad y virtualidad a efectos de propiciar espacios de intercambio entre todo el grupo y abordar estrategias para aquellos niños convivientes de personas con factores de riesgo".