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Clases virtuales y el desafío de lograr aprendizajes significativo

Ramiro Rojas opinó sobre el rol de los docentes y las tareas que los alumnos deben cumplir para lograr el aprendizaje.

Lunes, 23 de agosto de 2021 01:03

Ya transitamos más de un año y medio de clases virtuales junto a clases presenciales que implican toda una nueva lógica que obligadamente se instaló en los hogares jujeños, pero estos cambios no solo implican cambios para los alumnos sino también para los docentes que se encuentran ante nuevas formas de impartir sus conocimientos y todos los desafíos que ello implica.

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Ya transitamos más de un año y medio de clases virtuales junto a clases presenciales que implican toda una nueva lógica que obligadamente se instaló en los hogares jujeños, pero estos cambios no solo implican cambios para los alumnos sino también para los docentes que se encuentran ante nuevas formas de impartir sus conocimientos y todos los desafíos que ello implica.

En diálogo con el profesor Ramiro Rojas, profesor de filosofía y Ciencias de la Educación, nos propuso reflexionar sobre las diferentes estrategias que demandan las clases virtuales y el rol de docentes y las tareas de los alumnos necesarias para lograr aprendizajes significativos.

Ramiro Rojas nos invitó a pensar el vínculo entre docentes y alumnos como una especie de juego de ingenio y para ello instó a pensar sobre qué esperamos de un buen juego de ingenio, y ante ello indicó: "Supongo que al menos sean atrapantes, con buenas instrucciones y recursos. Luego todo está en los participantes, su capacidad para captar la dinámica del juego dejándose llevar en su propuesta. Entonces lo interesante del juego es que nos estimule mentalmente, nos permita pensar una estrategia para lograr el objetivo en la pulseada a nuestro contrincante. Si los participantes no se involucran mentalmente, el juego pierde su interés".

Y agregó: "Se me ocurre esta imagen, en este contexto donde la virtualidad parcial o completa se espera abandonar, para reflexionar sobre el significado de una clase. Desde el año pasado, con el pase a la virtualidad surgió la desazón por las clases virtuales en expresiones como "los chicos no prenden la cámara" y tantos memes que retrataban a los tres actores en juego: los estudiantes, los profesores y las tecnologías digitales. De aquí la autenticidad de la pregunta si son o no clases las clases virtuales. Por ahí la fantasía y la realidad de los profesores es que los chicos entraban al Zoom, apagaban las cámaras y estaban en otra cosa. De parte de los alumnos está la lluvia de pdf que recibían sin orientación alguna. El acuerdo de ambas partes es la añoranza del cara a cara de las clases prepandemia".

En tanto, indicó que "sin embargo, no sé si las clases de antaño estaban exentas del malestar de los chicos que no ‘prestan atención’ y de los profesores que nunca se la devuelven. Evidentemente son situaciones diferentes, pero no implica que pensemos dónde está la clave de lo que hace una buena clase. Si repasamos un poco los recuerdos, podemos identificar clases que eran hipnóticas y otras soporíferas, o bien narcóticas o bien somníferas. Pienso que entre esos extremos se ubica una buena clase, ya sea con tecnologías digitales a la distancia o con la pizarra y la tiza, que nunca me voy a cansar de remarcar que son una tecnología o con una mezcla de ambas".

"Sobre lo somnífero no hay mucho para decir, pero sobre la experiencia narcótica me refiero al quedarnos extasiados en la explicación del profesor. Es narcótica porque quedamos atrapados en la voz, la ocurrencia, los gestos, las miradas. El tema es no quedarse engañados en esta imagen mientras la vida fluye. Porque en realidad lo importante viene después, cuando se activa el pensamiento, empezamos a atar cabos con otras lecturas o situaciones de la realidad. Identificamos tanto aportes como puntos ciegos y empezamos a desplegar un conjunto de relaciones. Se trata de reflexionar, analizar, comparar, es decir elaborar para que se dé el aprendizaje", explicó refiriéndose al proceso en el que los docentes buscan la efectividad en sus labores.

Respecto al aprendizaje, Rojas indicó que esa es una tarea que le corresponde al estudiante, "retomando la metáfora del juego de ingenio, todo consiste en jugar el juego y eso le compete al estudiante. Los profesores nos responsabilizamos por trabajar un buen diseño, que tenga sentido, con buenas instrucciones, poner esmero en los recursos, para dar luego el primer aventón, nos ponemos así al lado del estudiante y hacemos adecuaciones según la ocasión, pero en el juego se requiere que el estudiante se involucre.

Sea presencial o a distancia, lo que hace a la clase es lograr inmiscuirse en el desafío que te problematiza, impulsa, complejiza y hace ver lo que antes no se veía".

De esta forma el docente indicó que es importante que los docentes puedan encarar tanto las clases virtuales como las presenciales como el desafío de ofrecer un reto de ingenio para alumnos y que ellos puedan desarrollar.

 

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