Y ayer se largó oficialmente el carnaval en Jujuy, en el que comparsas y agrupaciones celebraron con total algarabía el desentierro del diablo o pujllay, constituyendo la fiesta más arraigada y popular de la provincia, tras el paréntesis de un año por la pandemia.
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Y ayer se largó oficialmente el carnaval en Jujuy, en el que comparsas y agrupaciones celebraron con total algarabía el desentierro del diablo o pujllay, constituyendo la fiesta más arraigada y popular de la provincia, tras el paréntesis de un año por la pandemia.
En esta capital el lugar excluyente de la celebración fue el Carnavalódromo de Ciudad Cultural, donde miles de personas de todas las edades se congregaron para disfrutar de la música y el juego con espuma, serpentina, papel picado y talco. Con solo abonar 300 pesos en concepto de seguro, los asistentes pueden disfrutar de los mejores artistas locales, incluidos los mismos Los Tekis, llevando todos los elementos necesarios para estar toda la tarde en el predio (conservadoras con bebidas, reposeras y pequeñas mesas).
El ritual de desenterrar al pujllay (diablo del carnaval) y ofrendas a la Pachamama, entre otras expresiones culturales ancestrales, se cumplieron en los más característicos de la Quebrada, como Humahuaca, Tilcara, Uquía, Purmamarca y Maimará, donde alrededor de cada mojón se congregaron los simpatizantes para compartir la fiesta que se extiende por nueve días.
En Uquía, la gente se concentró desde las 16 para realizar la chaya del mojón, acompañado de un conjunto de anateros, junto a otros músicos y bandas que hicieron la previa al desentierro del diablo.
"El mojón siempre se chaya en carnaval, y se pide a la Madre Tierra pasar un buen carnaval", dijo Marina Flores, integrante de Los Corazones de Puya Puya.