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Se aceleró la fractura y hay dudas por lo que viene

Domingo, 20 de marzo de 2022 01:03

La vicepresidenta Cristina Kirchner decidió fracturar públicamente el Frente de Todos y transformarse, de esa manera, en la principal opositora al Gobierno de Alberto Fernández. Esto ocurre, ni más ni menos, en momentos en los que la inflación se encuentra fuera de control y en los que el ajuste en las cuentas públicas aumentará sensiblemente la tensión social en la Argentina. En el albertismo, que aún es una figura difusa en su conformación, están convencidos de que la situación no tiene retorno, pero aún así se niegan a que el mandatario despida a todos los funcionarios de La Cámpora que operan en su contra desde adentro del Estado.

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La vicepresidenta Cristina Kirchner decidió fracturar públicamente el Frente de Todos y transformarse, de esa manera, en la principal opositora al Gobierno de Alberto Fernández. Esto ocurre, ni más ni menos, en momentos en los que la inflación se encuentra fuera de control y en los que el ajuste en las cuentas públicas aumentará sensiblemente la tensión social en la Argentina. En el albertismo, que aún es una figura difusa en su conformación, están convencidos de que la situación no tiene retorno, pero aún así se niegan a que el mandatario despida a todos los funcionarios de La Cámpora que operan en su contra desde adentro del Estado.

"Una buena parte de su entorno le dice constantemente a Alberto que no permita más desacreditaciones a su investidura y que seguir aliados con Cristina hoy tiene más costos que beneficios. Sin embargo, por ahora el Presidente mantendrá las cosas como están para no agravar aún más el escenario de incertidumbre por el que atraviesa el país", señaló ayer a El Tribuno de Jujuy un funcionario que tiene trato cotidiano con el Presidente y que pidió reserva de su identidad. Por estas horas, son muy pocos los políticos albertistas que se animan a hablar sinceramente de la interna sin apelar al famoso off the récord. Eso no ocurre en el Instituto Patria en donde El "Cuervo" Larroque desafía a Alberto, Darío Martínez a Martín Guzmán, y el propio Máximo Kirchner a todo el equipo económico.

El jefe de Estado sabe perfectamente que un porcentaje importante de sus ministros y secretarios de Estado le responden directamente a su vice, pero la demostración de fuerza que dará Alberto irá por la ratificación y el empoderamiento de sus funcionarios que son cuestionados por Cristina. En ese contexto se inscriben dos casos emblemáticos: el de Martín Guzmán y el de Matías Kulfas. El Instituto Patria viene pidiendo esas cabezas hace tiempo, pero Alberto -en un gesto de independencia- los mantendrá inamovibles en sus puestos. El caso de Guzmán tiene algunas particularidades que no tiene el del ministro de Desarrollo Productivo, ya que el titular del Palacio de Hacienda mantiene roces también con Sergio Massa, la tercera pata de la coalición oficialista.

Las diferencias de los últimos días fueron tan explícitas y de fondo que son muy pocos en el Frente de Todos los que creen que esta disputa podría encarrilarse antes de las elecciones presidenciales. El escenario político se encamina irreversiblemente a una Paso en donde el Presidente y su vice estarán en veredas opuestas. ¿Existe la posibilidad de que Cristina y los suyos abandonen el Frente de Todos y compitan directamente en las generales contra el candidato del PJ tradicional? Por ahora nadie lo descarta con vehemencia. Los pocos que se animaron a mencionar esa opción, argumentan que Alberto Fernández y rodríguez Larreta podrían repartirse votos de centro y que Cristina podría acaparar casi toda la franja progresista, estimada en un treinta por ciento de la población. Esa jugada tiene un gran riesgo: la imagen negativa de la vicepresidenta sería un techo muy difícil de romper ante cualquier escenario de balotaje.

La fisura fue tan expuesta en la última semana que llamó la atención hasta de los propios dirigentes de la oposición. Cristina juntó 13 votos en el Senado para rechazar el acuerdo con el FMI, no estuvo presente durante el momento de la aprobación, el secretario de Energía que le responde a ella advirtió que el país podría quedarse este mes sin el servicio y osó no atenderle el teléfono al jefe de Estado, ni siquiera a través de su secretario privado.

Todo eso sucedió ante la mirada de una opinión pública que se encuentra cada vez más descreída de su clase dirigente y a la que no le alcanza su sueldo ni siquiera para llegar a fin de mes. La desconexión entre los políticos y sus representados está alcanzado límites insospechados.

La "guerra"

En medio de todo este berenjenal, Alberto Fernández lanzó una tardía lucha contra la inflación que, por ahora, presenta más dudas que certezas sobre su eventual eficacia. La palabra "guerra" utilizada por el Presidente generó expectativas desmedidas en relación a las medidas que anunciaría el Gobierno. Por lo pronto, ayer subieron dos puntos las retenciones de harina y aceite de soja para utilizar esos recursos en un fondo especial destinado a contener el precio del trigo. La recaudación estimada de este incremento es cercana a los cuatrocientos millones de dólares, una cifra importante pero sumamente escasa para compensar los desequilibrios en el mercado de granos. Esta situación volvió a poner al campo en estado de alerta, ya que advierten que venían golpeados por la sequía y también por el bajo dólar que reciben al exportar. ¿Cuál será el tenor de las protestas? Eso dependerá mucho de cuan involucrada esté la oposición en agitar las movilizaciones en el interior del país. Tras otorgarle los votos al Gobierno para que apruebe el acuerdo con el FMI, la conducción de Juntos por el Cambio seguramente querrá separarse rápidamente del Poder Ejecutivo, y este tema puede ser la mejor manera de hacerlo.

Alberto anunció más controles de precios y la aplicación de la Ley de Abastecimiento contra los empresarios que "abusen" de sus clientes. Más allá del repetido fracaso de estas políticas, otra vez se pone en el centro del debate la incapacidad del Estado para poder controlar. Está claro que no alcanzará con un puñado de militantes, se necesita una estructura gigantesca en todos los rincones del país que el Gobierno está imposibilitado de sostener.

Por la dudas, como siempre dicen, entre el jueves y el viernes se produjeron fuertes aumentos en los precios de los alimentos tanto en almacenes barriales como en supermercados. Se nota que los empresarios ya se estaban preparando para el inicio de la "guerra" contra la inflación.