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Se agrava la crisis de legitimidad

Domingo, 22 de mayo de 2022 01:04

La crisis de legitimidad que afronta casi toda la clase política argentina afecta directamente cualquier proceso de recuperación económica. La situación, además, está reconfigurando abruptamente el escenario electoral de cara a las presidenciales, en dónde expresiones de ultra derecha como Javier Milei pasaron de la marginalidad testimonial a ser decisivas de cara a 2023. ¿Habrá tres tercios disputando la jefatura de Estado rompiendo así la hegemonía que venía dándose entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio? Un panorama de esas características podría favorecer al oficialismo para evitar un eventual triunfo de la coalición opositora en primera vuelta, aunque un crecimiento muy acelerado del líder libertario también podría dejar al peronismo afuera de un eventual balotaje. Esta última opción, si bien nadie se anima a descartarla, es la más lejana para los principales analistas políticos del país, que consideran que Milei seguirá aumentando su aceptación pero que difícilmente pueda superar el 25 por ciento de los votos. "Milei es muy tentador para la gran cantidad de argentinos que están descreídos de todo, pero su potencial electoral podría verse afectado si las condiciones del país comienzan a mejorar. Al igual que ocurre con los votos de ultra izquierda, las chances de Milei crecen a medida que se profundiza la crisis y decrecen cuando empieza la recuperación", señaló a El Tribuno en off the récord un encuestador que mide habitualmente para el oficialismo.

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La crisis de legitimidad que afronta casi toda la clase política argentina afecta directamente cualquier proceso de recuperación económica. La situación, además, está reconfigurando abruptamente el escenario electoral de cara a las presidenciales, en dónde expresiones de ultra derecha como Javier Milei pasaron de la marginalidad testimonial a ser decisivas de cara a 2023. ¿Habrá tres tercios disputando la jefatura de Estado rompiendo así la hegemonía que venía dándose entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio? Un panorama de esas características podría favorecer al oficialismo para evitar un eventual triunfo de la coalición opositora en primera vuelta, aunque un crecimiento muy acelerado del líder libertario también podría dejar al peronismo afuera de un eventual balotaje. Esta última opción, si bien nadie se anima a descartarla, es la más lejana para los principales analistas políticos del país, que consideran que Milei seguirá aumentando su aceptación pero que difícilmente pueda superar el 25 por ciento de los votos. "Milei es muy tentador para la gran cantidad de argentinos que están descreídos de todo, pero su potencial electoral podría verse afectado si las condiciones del país comienzan a mejorar. Al igual que ocurre con los votos de ultra izquierda, las chances de Milei crecen a medida que se profundiza la crisis y decrecen cuando empieza la recuperación", señaló a El Tribuno en off the récord un encuestador que mide habitualmente para el oficialismo.

Sólo tres dirigentes tienen un diferencial positivo en su imagen pública, mientras que todo el resto –tanto oficialistas como opositores- suman más rechazos que apoyos. Este descreimiento hacia la dirigencia no está centrado en una cuestión ideológica ni partidaria, sino más bien en los reiterados fracasos de los políticos tradicionales para mejorarle la vida a la gente.

Esa sensación de desesperanza repercute por estas horas muy fuerte en el corazón del Gobierno, ya que los datos positivos que está mostrando la economía en materia de empleo, producción industrial y actividad agropecuaria pasan prácticamente desapercibidos por la disparada de la inflación. El Presidente dio la orden de centrar todos los esfuerzos comunicacionales del Estado en instalar que lo peor de la crisis ya pasó y que ahora comenzará un sendero de crecimiento sostenido. El discurso busca alejar la cruda interna que mantiene Alberto Fernández con Cristina Kirchner, que hace más de dos meses condiciona todos los debates de la opinión pública y desgasta tanto al presidente como a su vice. Las encuestas no dejan margen para la duda: la imagen negativa de ambos supera el sesenta por ciento de la población y en abril -cuando la interna llegó a niveles inusitados- llegó a su pico más alto desde 2019.

Cerca del ministro de Economía Martín Guzmán afirman que la inflación acentuará la tenue disminución que se registró el último mes y que se repetiría en este, promediando entre 5,2 y 5,6 por ciento. "En octubre o noviembre los precios van a estar en niveles más acordes al tres por ciento que al cinco o seis de la actualidad. Esto se conseguirá por la reducción en la emisión monetaria y también por la desaceleración que se está registrando en el consumo popular", reflexionó un colaborador directo del titular del Palacio de Hacienda que pidió reserva de su identidad.

El optimismo que reina en el entorno de Guzmán también se vive cerca del Presidente, quien continúa siendo el dirigente del Frente de Todos con mayor intención de voto y aún confía en lograr el apoyo de los gobernadores peronistas no alineados con Cristina.

Ese objetivo tuvo un duro revés anteayer en el acto de la Uocra, donde el único mandatario provincial que estuvo presente fue Sergio Uñac, quien al día siguiente formó parte de un evento encabezado por el cristinista "Wado" De Pedro. Los gobernadores, que acentúan sus reuniones sin la presencia del Gobierno, no quieren quedar pegados a una gestión que es la cara visible del desencanto popular. "Nosotros siempre acompañamos a Alberto y le insistimos que debía dejar la influencia de Cristina y recostarse en el peronismo tradicional y los sindicatos, pero se quedó a mitad de camino, ya que comenzó una guerra verbal con la vicepresidenta pero mantuvo a todos sus funcionarios", señaló por lo bajo un gobernador que no asistió al acto de la Uocra.

Alberto Fernández, por momentos, no tiene quien le cuide las espaldas, lo que habitualmente termina repercutiendo en un deterioro de su imagen y también de su autoridad. El colmo de esa situación ocurrió el jueves, cuando el Gobierno difundió que Juan Manzur pidió a todos los ministros que vayan a respaldar al jefe de Estado a la Uocra. La respuesta no fue para nada satisfactoria: faltaron la ministra de Salud, Carla Vizzoti; la de Mujeres y Género, Elizabeth Gómez Alcorta; el canciller, Santiago Cafiero; el ministro del Interior, Eduardo De Pedro; el de Transporte, Alexis Guerrera; el de Agricultura, Julián Domínguez; el de Defensa, Jorge Taiana; el de Cultura, Tristán Bauer; el de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus; el de Seguridad, Aníbal Fernández y el de Ambiente, Juan Cabandié.

¿Era necesario instalar que iba a haber varios gobernadores, todo el gabinete en pleno y veinte mil personas entre el público? Por supuesto que no: lo único que consiguió la Casa Rosada es que los medios sólo hablen de los faltazos y que casi ni mencionen el contenido del discurso presidencial.

Extrañamente, el mismo día que iba a hablar en la Uocra el Presidente otorgó una entrevista a Ernesto Tenembaum en la que le pidió al Congreso que acompañe un aumento en las retenciones agropecuarias. Las declaraciones sorprendieron a propios y extraños, ya que tanto el ministro de Economía como el de Agricultura habían descartado días atrás que eso esté en estudio. Julián Domínguez debió salir tres horas después a reafirmar que el Gobierno no piensa en una suba de retenciones, en una clara desmentida al jefe de Estado.

El Tribuno pudo confirmar que la posición del titular de Agricultura fue consultada previamente con Alberto Fernández, quién afirman que "no esperaba que se genere la polémica que se generó".