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El suicida no quiere morir sino terminar con el sufrimiento

Martes, 31 de mayo de 2022 01:03

Por BERNARDO MONTECINO, Presidente de Portadores de Cristo.

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Por BERNARDO MONTECINO, Presidente de Portadores de Cristo.

Quiero comenzar este artículo con una frase que nos puede dar un poco de claridad en esta problemática del suicidio juvenil en la Argentina. "El suicida no quiere morir. Quiere terminar con el sufrimiento. El suicida no quiere morir en absoluto. Su acto, en todo caso, es la señal de que en las condiciones en las que se encuentra, no puede seguir viviendo, de que no se puede vivir a cualquier precio. (Cohen: 2003, 209)".

Las cifras cada vez son más alarmantes y preocupantes, es nuestro deber como personas integrantes de esta sociedad que nos invita a vivir de maneras de desenfrenada para poder cumplir con los estándares económicos, políticos y morales.

El suicidio es un flagelo muy silencioso que no respeta edad, condición social, sexo, religión o credo, tiene la capacidad de pasar desapercibido y puede estar más cerca de lo que pensamos o creemos.

Las estadísticas reflejan a nivel latinoamericano que Argentina está en tercer lugar, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Argentina lamentablemente es la segunda causa de muerte entre los jóvenes y adolescentes, datos aportados por Unicef en mayo del 2019, números que se triplicaron en los últimos años.

Veamos algunos mitos que debemos romper y tener herramientas más claras sobre el tema.

¿Hablar con una persona sobre suicidio incrementa las posibilidades de que lo concrete? La realidad es que no, todo lo contrario es nuestra responsabilidad y deber ayudar a las personas a poner en palabra lo que les pasa, brindar espacio de diálogo y escucha. Para muchos es muy sanador y descomprime un poco los pensamientos tormentosos de muerte que se cruzan por sus mentes. Es muy importante aprender a alfabetizar nuestras emociones, poder decir con palabras lo que está pasando, es una tarea que nos tiene qué involucrar a todos, no solo le corresponde algunos pocos profesionales, la familia, amigos, escuela y los diversos dispositivos sociales tiene que velar por cada uno de nuestros adolescentes y jóvenes.

¿El que dice que se va a matar o que amenaza con quitarse la vida no lo hace? Las estadísticas nos indican todo lo contrario, 7 de cada 10 jóvenes que se suicidan habían tenido algún intento o habían dado una señal. Necesitamos aprehender a escuchar a nuestros jóvenes, más aún si son nuestros propios hijos, sobrinos, vecinos o amigos. La estadística habla por sí sola, podríamos decir claramente lo alarmante de los números en porcentajes, siendo un 70 % los que consiguieron terminar con su vida, pero lo más preocupante es saber que de alguna manera dieron una señal, de su pensamiento de suicidarse, tenemos que prestar mucha atención a estos indicadores y no quedarnos con la idea popular de que si dice que se quiere morir o matar no lo hará.

¿El suicidio adolescente se da en determinado grupo social? Nada más lejos de la realidad, el flagelo del suicidio no es estigma de algún tipo de clase social, no se trata de lo bien o mal económicamente o afectivamente se encuentre un adolescente, el problema es un poco más profundo para simplemente asociarlo a una condición social, económica o cultural. El suicidio es un patrimonio de todos los grupos sociales.

¿Se suicida el que tiene una depresión? La depresión es un factor de riesgo, en la medida que la persona tiene una personalidad depresiva puede que se vea aumentada sus chances. Pero esto no significa que todas las personas que tienen depresión van a cometer suicidio o que alguien que no esté atravesando la depresión se va a suicidar. Los factores de riesgo son muchos, por ejemplo, factores sociales como bullying, violencia sexual, presencia de alcohol, drogas, etc.

Podríamos resumir que estamos en frente de una situación muy difícil que les toca vivir a nuestros jóvenes, adolescentes y personas adultas de nuestra sociedad. Podemos establecer con fundamentos sólidos y comprobados la difícil tarea que tenemos por delante, y es tiempo de comenzar a levantar nuestra vista y afinar nuestros oídos para velar por los que nos piden a gritos de nuestra ayuda.

Recomendación: Nuevo curso de IgNovo acerca de los factores de riesgo del suicidio juvenil, desde el miércoles 8 de junio.

Nota: las estadísticas fueron tomadas desde la OMS y Unicef.

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