El merendero "La vida es bella", ubicado en el barrio Punta Diamante de la capital jujeña, se ha constituido en los últimos años en el refugio para niños, ancianos y personas que padecen alguna enfermedad importante, a quienes les acercan alimentos y prendas de vestir especialmente en época invernal.
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El merendero "La vida es bella", ubicado en el barrio Punta Diamante de la capital jujeña, se ha constituido en los últimos años en el refugio para niños, ancianos y personas que padecen alguna enfermedad importante, a quienes les acercan alimentos y prendas de vestir especialmente en época invernal.
Gloria Valdiviezo, mentora del proyecto, cuenta con el apoyo de Etel Martínez, Yamila García y Daniel Martínez, entre otros, quienes desde el 21 de marzo de 2021 trabajan sin ningún tipo de apoyo oficial, solamente con la solidaridad de muchas personas que al tomar conocimiento de la loable labor que desarrollan, "suman su granito de arena", aportando alimentos no perecederos y también, en muchos casos, sumando su apoyo para guiar a los niños en diferentes actividades, especialmente las escolares.
"Realmente no sabemos cómo pudimos cumplir más de un año brindando una merienda a los niños de nuestro barrio, a los abuelos y personas que padecen de alguna enfermedad grave", señaló Gloria Valdiviezo mientras seca sus manos en el delantal, "tironeado" por ansiosos niños que solicitan la chocolatada, el arroz con leche, el mate, las tortillas o alguna masita dulce.
Gloria, con su amplia sonrisa, les pide paciencia. También expresó que "son un poco mis hijos, mis nietos, forman parte de una gran familia donde todos colaboran, porque algunos vecinos nos traen leña o nos ayudan a preparar la merienda que después se reparten a unos ciento cincuenta niños, unos veinte abuelos y otras tantas personas enfermas".
"Aquí son muchas las familias carenciadas que necesitan de un poco de ayuda -lo dijo casi con vergüenza-. Por eso es que aún, y pese a la pandemia, nos arriesgamos y comenzamos a brindarles apoyo a los niños, ya que muchos se habían quedado sin la merienda o la comida de la escuela; teníamos que hacer algo porque la situación de verdad era muy difícil", dijo mientras acomodaba unas bolsas con ropa.
"Por suerte no nos falta la ayuda de gente como el secretario penal del Juzgado Federal Nº 1 Diego Martín Matteucci, quien junto al juez federal Esteban Eduardo Hansen nos donó ropa de abrigo, zapatillas, utensilios, que pudimos destinar a equipar nuestra cocina", recordó la encargada del merendero.
Para finalizar Gloria Valdiviezo señaló que "en nombre de todos los que formamos parte del merendero hacerle llegar nuestro más profundo agradecimiento a todas las personas que de manera desinteresada llegan hasta Amatista y Zafiro a dejar su donación".