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Sabores que se transmiten para las nuevas generaciones

La historia de Marcela Aisama y su pasión por la cocina se inició así, justamente, en el seno de su familia.
Martes, 16 de agosto de 2022 01:00

Las manos son esenciales para el trabajo artesanal. Hábiles para la labor en todo quehacer manual, se convierten para la gastronomía en herramientas primordiales con el fin de crear aquellos sabores más esperados para que sean disfrutados. Sin dudas, el comer es un placer de dioses que el ser humano sabe disfrutar. Pero quienes lo hacen posible -acaso- tienen un don especial provisto de una sabiduría que tiende a recordar esos ayeres inolvidables, anclados en tradiciones que atraviesan generaciones. Entonces los secretos de las preparaciones terminan dejando huellas en la memoria de niños atentos dentro de la familia. Y así, las pasiones se guían por caminos nuevos.

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Las manos son esenciales para el trabajo artesanal. Hábiles para la labor en todo quehacer manual, se convierten para la gastronomía en herramientas primordiales con el fin de crear aquellos sabores más esperados para que sean disfrutados. Sin dudas, el comer es un placer de dioses que el ser humano sabe disfrutar. Pero quienes lo hacen posible -acaso- tienen un don especial provisto de una sabiduría que tiende a recordar esos ayeres inolvidables, anclados en tradiciones que atraviesan generaciones. Entonces los secretos de las preparaciones terminan dejando huellas en la memoria de niños atentos dentro de la familia. Y así, las pasiones se guían por caminos nuevos.

La historia de Marcela Aisama y su pasión por los sabores salados y dulces se inició así justamente, en el seno de su familia. "Comencé haciendo empanadas con recetas de mi tía Mary, pero de esto ya hace veinte años", explicó la jujeña que encuentra en la cocina como un lugar de ensueño. Allí donde los aromas se mezclan y los paladares se deleitan, es donde surgió el trabajo que Aisama prefiere denominar homenaje gracias a preparaciones saladas y dulces que le quedaron como legado indiscutido. "De salado me gusta preparar empanadas de pollo, para las de carne prefiero cortada a cuchillo, de queso y árabes.

El detalle es que me salen muy jugosas y ahora pruebo de hacerlas con verduras para la gente que es vegetariana", comentó Aisama, sorprendida por las tendencias que hacen al gusto popular. Luego, con el tiempo aprendió a hacer preparaciones dulces. Y se dispuso a cumplir la misión de hacer que los budines no sólo sean exclusivos de las fiestas de fin de año. Entonces se decidió a elaborarlos para que terminen compartidos en meriendas ideales. "Fui aprendiendo de a poco. Una amiga Yanina, que es cocinera y pastelera, me enseñó a hacer maicenas, pastafrolas y tartas, comencé haciendo para la familia y luego me empezaron a pedir amigos y vecinos.

Pero lo que más me gusta de lo dulce, es hacer budines", aseguró. Cada preparación tiene su magia y se constituye en un desafío, a la hora de hacer que agrade a quien las disfruta. "Si bien es fácil, siempre está en uno realizar nuevos gustos y combinaciones, por ejemplo, como naranja, banana, chocolate y coco. Trato siempre de tener una variedad diferente", explicó quien define su tarea como trabajo gratificante pero sacrificado. Y es que el principio fue difícil, pero eso no fue suficiente para detener su propósito de seguir. "Coloqué un cartel en la casa de mi papá y así comenzó todo, me fue bastante bien y eso me animó. Aunque hubo días que vendía mucho, otros que no, pero siempre tuve el apoyo de mi familia; que si me quedaba algo, me compraban ellos. Cuando empecé a vender para los clientes, tenía muchos nervios, incertidumbre y miedo", aseguró.

No obstante, la participación en ferias de emprendedores fue tomada como un salto para aprendiendo de este oficio que se reinventa en sus manos casi todo el tiempo. "La cocina para mí es paz, armonía y amor, es un lugar donde puedes redescubrirte. Recomiendo a los chicos que vienen a que aprendan el arte de cocinar en su casa, reunión o fiesta y hasta para conseguir un empleo o ser independientes, recreando las recetas de las abuelas o madres y preservar así su recuerdo", dejó como consejo.