La tradición de familias antiguas de Jujuy aún perdura en sus descendientes que saben defenderla con papeles representativos, oficios afines, actividades colectivas y en eventos masivos.
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La tradición de familias antiguas de Jujuy aún perdura en sus descendientes que saben defenderla con papeles representativos, oficios afines, actividades colectivas y en eventos masivos.
Sabemos que hoy se reconoce al pueblo de Jujuy como digno heredero de los héroes de mil ochocientos doce.
Sus descendientes más cercanos continúan poniendo
en alto la figura de la familia gaucha vallista, luchadora criolla y protagonista de las batallas por la liberación de nuestro país.
Tres personalidades de nuestra provincia dieron su testimonio, portadores de una tradición valiosa para la construcción colectiva de los principios de libertad, y en el ejercicio diario de las responsabilidades como ciudadanos habitantes de este suelo.
Con el objetivo de dar continuidad al trabajo sostenido por sus antecesores, delinearon aspectos personales y aprendidos, todos estratégicos desde y para nuestra cultura.
Hay muchas cosas que nos integran como el territorio, la cultura, las realidades históricas, pero la fuerza que nos hermana va más allá.
El anhelo de todos los que conforman la patria es continuar presenciando las numerosas expresiones del arte, de los derechos que aún se defienden, de los aspectos positivos de aquellos logros en conjunto. Por tal motivo entrevistamos a tres personalidades de nuestra provincia.
Maria Luisa Guanca
Maria Luisa Guanca o Marialu o Mañanita, muy conocida en el ambiente del folclore, lleva varios festivales como conductora. Proteccionista y parte de un grupo solidario anónimo de mujeres gauchas, llevando siempre adelante el estandarte de la mujer gaucha, las buenas costumbres, el respeto, el amor a Dios y a la familia. Su padre don Rufino Guanca fue socio fundador junto a sus primos y amigos del Fortín Gaucho “Martín Fierro” de la localidad de Los Alisos. Como mujer gaucha aprendió a llevar con orgullo las pilchas, el sombrero y el poncho.
Desde su lugar de trabajo enseña el valor de ser mujeres gauchas. En 2014 fue la primera locutora gaucha en conducir ese pasaje del 23 de Agosto y logró conducir festivales provinciales y nacionales junto a otros colegas y artistas consagrados del país. “Aún cuesta pero creo que de a poco se irán abriendo las puertas en distintos ámbitos ya que las mujeres gauchas no solo usamos sombreros y dominamos los quehaceres de campo, también somos profesionales en distintas áreas, como así también artesanas y emprendedoras.
Antonio “Cachirichi” Herrera
Personaje infaltable en todos los fogones criollos, en pialadas como payador, conocido como Antonio “Cachirichi” Herrera, lleva una trayectoria de innumerables escenarios de festivales nacionales e internacionales. Es integrante de la Asociación Gaucha Jujeña, convocado muchas veces por el Festival Nacional Jesús María. Al entrevistarlo era notoria su facilidad para hilar frases, según él lo aprendió en el campo. Habrá sido una enseñanza muy prolija para poder dominar la literatura gauchesca según las circunstancias.
Desde su taller nos hablaba de sus años como domador de imponentes caballos criollos, como aprendiz de trabajos en cuero, como guitarrero cantor que recorrió extensos caminos, entre otros oficios que lo identifican ante la comunidad. A pesar de sus años, asegura tener las energías para hacerse presente en los escenarios donde lo convoquen, con la humildad de ser hombre de campo se siente agradecido. Se despidió cantando: “No me pertenece a mí lo que saco del morral, es del ambiente rural, en donde los recogí”.
Brenda Candeloso
Brenda Candeloso, de familia tradicionalista, nieta de Catalina Rivero. Asegura que el 23 de agosto es una fecha de orgullo parta todos los integrantes de su familia. Todos los años salen montando a caballo desde Río Blanco, hasta donde se reúnen con todas las demás agrupaciones gauchas. Integrante de la Agrupación Gaucha El Arenal de Palpalá, al avanzar en su travesía relata que van sumándose personas, jinetes, transformándose en un grupo grande que avanza hacia el evento de la marcha evocativa en nuestra capital.
Desde niña acompañaba a su padre en la marcha por el Éxodo Jujeño, se encargaba de dar detalles a “la jardinea” como ellos lo llaman, colocaban en jaulas algunas gallinas, y toda la ornamentación. Ahora es testigo como jinete de las postas que transita la agrupación, la preparación de sus pilchas y sus botas. Las riendas y frenos de plata hasta que estén relucientes, asegura. Como mujer gaucha recuerda el momento en el que no podía participar porque la mayoría eran hombres, ahora su alegría es ver más mujeres y niños unidos en una marcha.