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Tentaciones, "Imexplosión" y grieta

Jueves, 26 de octubre de 2023 01:02

La política argentina es tan imprevisible y excéntrica que por ser así, paradójicamente, se vuelve pronosticable y hasta rústica. Estas características tan particulares, casi únicas en la región, permitirían explicar lo inexplicable. Por ejemplo, que en un terrorífico escenario económico y social, el ministro de Economía, Sergio Massa, responsable excluyente en el epicentro de la crisis, en su "modo candidato presidencial" del oficialismo, sorprendió, (y más que eso, deslumbró), arrasando en las urnas a los opositores de distinto signo que le salían al cruce seguros de borrarlo de la competencia. Airoso, triunfante, soberbio, el oficialismo se empina en su victoria y -súbitamente dadivoso- ofrece repartirle cargos a los que quieran subir al carro del vencedor. De ese mismo triunfo, deriva el análisis de la otra cara de la moneda: la oposición en sus dos vertientes principales, revolcada en el fango de la derrota en una actuación entre patética y desorientada, mientras busca aferrarse a cualquier tablón que le evite quedar definitivamente sumergida.

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La política argentina es tan imprevisible y excéntrica que por ser así, paradójicamente, se vuelve pronosticable y hasta rústica. Estas características tan particulares, casi únicas en la región, permitirían explicar lo inexplicable. Por ejemplo, que en un terrorífico escenario económico y social, el ministro de Economía, Sergio Massa, responsable excluyente en el epicentro de la crisis, en su "modo candidato presidencial" del oficialismo, sorprendió, (y más que eso, deslumbró), arrasando en las urnas a los opositores de distinto signo que le salían al cruce seguros de borrarlo de la competencia. Airoso, triunfante, soberbio, el oficialismo se empina en su victoria y -súbitamente dadivoso- ofrece repartirle cargos a los que quieran subir al carro del vencedor. De ese mismo triunfo, deriva el análisis de la otra cara de la moneda: la oposición en sus dos vertientes principales, revolcada en el fango de la derrota en una actuación entre patética y desorientada, mientras busca aferrarse a cualquier tablón que le evite quedar definitivamente sumergida.

El ganador de las Paso, Javier Milei, prematuramente proclamado ganador de las generales (y casi sin necesidad de segunda vuelta), por la mayoría de las encuestadoras, quedó segundo, lejos, y rogando que el oficialismo no llegue al sueño dorado del 40% de los votos. Ahora los libertarios deberán tener su acto de contrición, arrepentirse de su locuacidad agresiva y sus alaridos desenfrenados, y sentarse a compartir la mesa de los necesitados, donde con humildad y serenidad, puedan repartir lo que quedó del banquete del mediodía, donde se almorzaron la cena, henchidos de altanería.

Los más perdedores sufrirán más: Juntos por el Cambio, que hoy deberían reconocer con hidalguía que hace mucho que no están ni juntos ni pueden ofrecer ningún cambio. Su pecado original del último tiempo fue embriagarse con la certeza del ocaso del kirchnerismo, y la seguridad de su regreso al gobierno, algo que hace menos de seis meses era una palpable realidad. A esa beodez, le sumaron un internismo feroz que los hundió en su propia derrota, de la que ya no saldrán nunca más. Hoy padecen lo que se puede definir con una nueva palabra, (aporte generoso y desinteresado a la Real Academia de la lengua): la "IMEXPLOSIÓN". Mezcla de dos vocablos ya aceptados: IMPLOSIÓN: Acción de romperse hacia dentro con estruendo las paredes de una cavidad en cuyo interior existe una presión inferior a la exterior, y EXPLOSIÓN: Rotura violenta de algo por aumento rápido de la presión interior. Liberación brusca de una gran cantidad de energía encerrada en un volumen relativamente pequeño. En el PRO, Mauricio Macri y Patricia Bullrich aceptarán ser socios minoritarios de La Libertad Avanza. Un gesto de supervivencia. No todo el PRO comparte esta posición, por ejemplo el larretismo. En la UCR, todavía en medio de la tormenta, eligieron escapar por la tangente de la "neutralidad", tan difícil de creer en muchos de ellos. Así refugiados en el rol de opositores "que les dio la gente", disimularon el desbarajuste interno y las manifiestas actitudes acuerdistas con Massa. Los otros socios de JxC, Lilita Carrió, Margarita Stolbizer, Miguel Pichetto eligieron dar "libertad de acción", variante desabrida y nada creíble. Eso es la "imexplosión". Incluye certificado de defunción.

El massismo se frota las manos. La variopinta "melange" de la oposición buscará amparo en cualquier caverna para no desaparecer. El peronismo cordobés y la izquierda "nacional", conscientes de que un solo voto puede hacer la diferencia, como frente a un paso a nivel, se paran, miran y escuchan. Y esperan... Así el próximo gobierno, de quien sea, comenzará hundido en una grieta mucho más espantosa que la que los argentinos soñaban sepultar. Con provincias altamente dependientes del poder central; un Congreso muy fraccionado, sin interbloques, presto a convertirse en una escribanía, o en una oficina de Despacho que custodie el autoritarismo del Poder Ejecutivo. Y el Poder Judicial... hoy no se sabe cómo se acomodará. Pero, seguro, como siempre, que se acomodará al poder de turno. Sólo una cosa parece clara: el voto ya no responde a órdenes de nadie. Simplemente está en donde debe estar: el poder de la gente.