El plato argentino por excelencia es el asado. Pero para llegar a hacerlo, tiene que haber un asador que lo sepa preparar. No obstante, detrás del asador debe poseer la habilidad y los utensilios necesarios para lograr que la carne deleite a los comensales. Pero toda labor lleva su proceso, su paso a paso. Así es que en Palpalá, de la elaboración de aquellas piezas útiles para asar -incluida la parrilla misma- se encarga Delfor Gutiérrez, mejor conocido por "Don Guti".
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El plato argentino por excelencia es el asado. Pero para llegar a hacerlo, tiene que haber un asador que lo sepa preparar. No obstante, detrás del asador debe poseer la habilidad y los utensilios necesarios para lograr que la carne deleite a los comensales. Pero toda labor lleva su proceso, su paso a paso. Así es que en Palpalá, de la elaboración de aquellas piezas útiles para asar -incluida la parrilla misma- se encarga Delfor Gutiérrez, mejor conocido por "Don Guti".
Este artesano del hierro es heredero de un legado valioso que su padre, Benjamín Gutiérrez, le supo dejar como oficio que valora como el ejemplo de su vida a seguir. Se trata de la herrería, el trabajo que este humahuaqueño de nacimiento adquirió desde su niñez y que retomó hace diez años atrás, en su hogar.
Con la mirada atenta en cada acción de su padre, forjó esta labor en sus retinas. Y con el paso del tiempo la pasión por este quehacer, lo fue guiando hacia el crecimiento personal y superando sus propias expectativas.
"Me remonto al tiempo atrás, cuando veía a mi viejo arreglando las ollas. O cuando lo veía arreglando con las parrillas para el asado. Mi oficio lo fui aprendiendo desde que era chiquito", expresó Delfor Gutiérrez sobre esta tarea que es una hermosa forma de homenajear a su padre, quien sentía satisfacción por arreglar todo en metal.
En el barrio 18 de Noviembre vive junto a su familia. Allí, el espacio a su taller se brinda para forjar el sueño de crecer en este rubro tan especial y dedicado.
"Gracias a Dios empezamos bien, primero haciendo las rejas para mi casa y después poco a poco los vecinos se fueron acercando porque les gustó mucho", dijo al recordar ese tiempo. "Don Guti" direccionó sus ganas de salir adelante con esta tarea y logró crecer ampliando sus piezas.
Y entonces, como su pasión siempre fue el asado, se dispuso a armar parrillas, set de utensilios para asadores como pala y atizador, discos de arado, planchetas, tablas de madera lisa para asado y de picadas e individuales; todo con un toque diferente que los hace especiales.
"Los vecinos veían los asadores y fui haciendo primero uno, después otro y así. También les gustaba la herrería de obra con hierro forjado, portones, rejas, estacas y después la combinación de hierro con madera", comentó Gutiérrez que fue ampliando su creatividad en las piezas artesanales.
Y es que el desafío permanente lo activa a eso nuevo que aplica en sus piezas, armadas con amor. "Este oficio para mí es una pasión que me hace bien. Me gusta dejar una impronta en cada objeto que realizo porque pienso que eso da más prestigio y no pasa como algo más", reveló.
Con la prolijidad que caracteriza su mano artesana, "Don Guti" se enorgullece al sostener esta sabiduría que lo distingue y que hace de él un apasionado de los hierros como pocos. "Para cuidar el medio ambiente reciclo en mi trabajo. Es importante mantener el ecosistema, así que trato de hacer todo prolijo, reciclado y bien presentado. Soy un convencido de que todo entra por los ojos e intento hacer lo mejor posible", comentó Gutiérrez, quien se entusiasma al observar el hierro, las chapas, el acero y la madera como partes únicas que deben cumplir con la misión de pertenecer a su mejor obra.
Y es que a través de los años, llegó a la conclusión de que sin instinto por lo original, nada es posible. Como así también, que llegar a la presentación de una pieza terminada tiene que llevar un pulido brillante.
"En cada diseño se tienen que ver las ideas y saber manejar los detalles y adornos. Hacerlo con el trabajo cotidiano no es fácil pero hay que pulirlo. Yo lo hice con mi padre y lo entiendo como una manera de hacer las cosas bien", expresó Gutiérrez que se siente feliz de ofrecer esta labor continua y que valora desde su más profundo sentir. "Siento que es un orgullo y me contenta, trabajo mucho y veo cómo fue antes y ahora trato de adaptarme a los diseños y a las corrientes nuevas. Todo es para que no se pierda el oficio y que la gente mire que con voluntad se puede lograr todo", reveló este artífice de numerosas piezas hechas en madera, hierro y metal. "Una vez me hicieron trabajar en centros de mesa para un casamiento, todo era diseño en hierro. Si bien se trabaja mucho el detalle, lleva su tiempo", comentó. Es que -como todo proceso- cada objeto revela detrás de sí un paso a paso manual, que cumple a la perfección para llegar a un resultado final más que óptimo.