¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
2 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

“Estamos viviendo y sintiendo en el cuerpo el síndrome de diciembre”

El psicólogo clínico y capacitador en Psicología Organizacional, entre otras funciones, hizo un análisis de los niveles de estrés por los que está atravesando la sociedad a días de las fiestas de fin de año. Explicó que debido a todos los acontecimientos sucedidos en el país en solo un año, los argentinos trascendimos los máximos niveles de estrés hasta llegar al Burnout, un nivel superior de desgaste emocional.
Jueves, 30 de noviembre de 2023 00:20

Estamos en una época en la que el estrés es común de cara al fin de año y es por eso que se habla del síndrome de diciembre. ¿Qué es y de qué se trata?

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Estamos en una época en la que el estrés es común de cara al fin de año y es por eso que se habla del síndrome de diciembre. ¿Qué es y de qué se trata?

En Jujuy lo estamos viviendo y lo estamos padeciendo, pero sobre todo se lo está sintiendo en el cuerpo, como irritación, cansancio y de tantas otras maneras que no sabemos cómo nombrar. Tenemos que entender que nuestro cuerpo es maravilloso, está lleno de recursos, es muy complejo y tiene una gran maquinaria. Por ejemplo, cuando nuestro cuerpo ingiere un alimento lo procesa, toma parte de él y lo hace energía y al resto lo deshecha porque tiene un estómago con jugos gástricos que se lo permite, pero la mente no y durante todo el año venimos acumulando emociones que venimos tratando de digerirlas en un lugar que no tiene estómago. Esas emociones acumuladas son las que producen el síndrome de diciembre que nos extenúa completamente.

Para colmo de males, diciembre ya es irritante porque se suman las fiestas de fin de año que son la última exigencia y la más costosa de todas porque tengo que ir a celebraciones a compartir y a estar en pose de ver a gente que no quiero ver. Y paradójicamente mientras estoy justamente en la comida navideña y de año nuevo, sigo comiéndome emociones. Y esto es lo que produce un estado general de cansancio que va asociado a la irritación, por eso la primera recomendación es bajarme inmediatamente de estos protocolos de aniversario y deberes en el momento en el que estoy extenuado.

¿Cómo impactan en las personas los balances de fin de año cuando los resultados no son del todo positivos?

Los balances nunca tienen resultados positivos porque están intervenidos por la culpa. Por ejemplo, un paciente estudiante me dijo: "Tenía nueve materias, pero solo pude meter seis y me quedaron tres colgadas". Para mí ese es un balance excelente porque logró más del 50 por ciento, pero cómo será la culpa que así hubiese aprobado ocho de las nueve, lo iba a dejar mal parado igual.

Por eso mi recomendación es no hacer balances si yo no tengo una perspectiva clara de cuál es la arquitectura de mi culpa. Porque en lugar de balance es en realidad una puesta en falta, porque siempre me va a faltar medio para el peso desde el lado de la culpa. El balance debería ser más amistoso, lo que importa es que haya sido un año de movimiento y no de quietud.

Pero los balances pueden resultar también alentadores e impulsar a metas más ambiciosas si resultó dentro de todo positivo...

Las personas que concluyen en un balance positivo son personas que tienen una madurez respecto de la culpa. Lo que no es el caso de la mayoría de la ciudadanía.

¿Aumentó la demanda de nuevas consultas ante estos síntomas que se están presentando?

Están explotados los consultorios, literalmente explotados. Diciembre produce un estado de emergencia por no saber cómo hacer para transitar situaciones de dolor o sufrimiento, como por ejemplo tener que juntarme con gente que no quiero. Diciembre tiene esta sensación de urgencia de que sí o sí hay que pagar un costo.

Diciembre ofrece una falsa sensación que con el año por fin termina algo... y después nos damos con que en enero todo sigue igual. ¿Por qué sentimos eso?

Eso nos da cuenta de cómo todos somos sujetos de la fuga. El miedo nos hace entrar en fuga, por ejemplo, si le tengo miedo a un perro y me largo a correr, el perro se hace león y si sigo corriendo, el león se hace dinosaurio. Cuanto más pienso en la fuga, más se actualizan los terrores, entonces nos viene el imaginario infantil de que esto va a concluir el 31 de diciembre, de que el calendario va a poner un límite a aquellas cosas que yo no he podido limitar. Y aquí se produce un fenómeno tremendo que es la resaca de enero porque en diciembre durante el proceso de irritación y de cansancio lo único que hacemos es endeudar enero porque me gasté todo el aguinaldo y todas las energías. La resaca es la culpa posterior a todos los excesos.

Entre lo que nosotros recomendamos es la prudencia, porque se viene un mes de enero muy largo y que hay que transitarlo. Y también empezar a rehidratarme después de toda la deshidratación que tuve durante el año. Son tiempos para apagar los teléfonos, para empezar a ejercer la prerrogativa de la desconexión. Lo más recomendable es cuidarse y limitar cualquier tipo de exceso porque la energía psíquica es un capital limitado y la gente lo gasta como si fuera infinito. Por eso después dicen: "Estoy cansado y no hice nada".

Efectivamente, es común escuchar hoy en día que toda la gente está cansada y sin energías para hacer las cosas. Es como un estado generalizado...

Es así. En diciembre las cosas no pueden salir bien, íno hay forma!, porque estamos extenuados. Por eso me cuesta entender porque en las escuelas ponen a los chicos a rendir recuperatorios en diciembre cuando ya están cansados, es una locura. Por el contrario, debe ser un momento para estar más liviano en todos los sentidos empezando por las comidas y toda una serie de cosas.

¿Cómo nos afectó la cantidad de cosas que pasaron en el país en un solo un año como tres elecciones para definir al nuevo presidente y la incertidumbre por el rumbo del país, la inflación, etc.?

Nos afectó de todas las maneras posibles, este fue un año al que podemos denominar "año de la psicopatología", "año de la locura". Hay un concepto muy mal utilizado que es el de resiliencia. Por ejemplo, decimos: "Somos resilientes porque nos bancamos que hoy vamos a pagar por un café $700, mañana $1.000 y pasado $1.200" y no, eso es falso. Hay un límite a la adaptación y nosotros hemos pasado todos los límites a lo que se puede vivir de incertidumbre. Las personas podemos tolerar un umbral de incertidumbre, pero no es infinito, y cuando ya lo superamos entramos en un proceso al que denominamos angustia. Por eso, este ha sido el año de los ataques de pánico. ¿Y por qué? Porque fue la superación de todo, con la inflación se perdieron las referencias que uno puede tener. Las personas ya no saben con cuánta plata salir a la calle, ir a comer algo sencillo puede costar $3.000, $5.000 o $10.000, no se sabe porque no hay referencia y cuando eso acontece se produce un estado de desintegración y aflora la angustia.

Este ha sido además un año de psicopatía política. Nos la pasamos votando, fue una locura. Y el mensaje de los políticos ha sido violento y la televisión lo repetía a diario.

En un sentido prácticamente literal de la expresión, la situación política y económica del país nos terminó de secar la cabeza...

Carlos Pagni, en su programa "Odisea Argentina", hablaba del Burnout en Latinoamérica. Burnout significa que ya mi cabeza está quemada, es la superación del estrés, es decir, ya no solo estoy estresado, sino que estoy quemado. La política hizo que todo el estrés del año se transforme en Burnout. Por eso es falso esto que nosotros nos adaptamos a la inflación, que el argentino es resiliente... la resiliencia tiene un límite.

Y todo este caldo de cultivo hizo que los argentinos hayamos superado el síndrome de diciembre, íestamos en un nivel superior!

¿Qué tips nos puede dar para sobrellevar y lidiar con el estrés?

Es importante ofrecer los recursos de la calma, del orden, pintar la casa, arreglar el jardín, apagar los teléfonos, conversar con la familia, bajarse de los autos y salir a caminar. Es clave que diciembre sea empatía y no simpatía, hacer lo que me haga bien y no lo que los demás hacen. También cuidar mis recursos tanto el dinero como la energía psíquica, ya que se gastan y no son ilimitados y fundamentalmente no endeudar enero. Que diciembre sea el mes de la autoestima, el de sentirme bien y con fuerza, un mes para mí.