Aumentos descontrolados, contratos a medida, acuerdos insostenibles, relaciones pulverizadas, una ley desfasada. El mercado de alquileres en el ámbito de la Ciudad atraviesa un momento crítico, jamás generó tanta incertidumbre en las familias y personas inquilinas; y también en aquellas que son propietarias y destinan una vivienda a compensar sus gastos. Roto, el mercado hoy se encuentra sumido en un stand by que parece no tener fin. Y en el último mes se suman aumentos que llegan hasta el 300% en un año.
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Aumentos descontrolados, contratos a medida, acuerdos insostenibles, relaciones pulverizadas, una ley desfasada. El mercado de alquileres en el ámbito de la Ciudad atraviesa un momento crítico, jamás generó tanta incertidumbre en las familias y personas inquilinas; y también en aquellas que son propietarias y destinan una vivienda a compensar sus gastos. Roto, el mercado hoy se encuentra sumido en un stand by que parece no tener fin. Y en el último mes se suman aumentos que llegan hasta el 300% en un año.
Y a cada día una novedad que complica el panorama. Primero fueron las declaraciones del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien sobre la actual ley dijo: "Nosotros promovemos la libertad de las partes, con contratos privados. La ley de alquileres le hizo mucha daño al mercado inmobiliario".
El jueves por la noche el periodista Adrián Ventura (TN) reveló que tuvo acceso al borrador del DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) que el gobierno de Javier Milei enviaría al Congreso; allí se propone que los contratos de alquileres puedan ser pactados por las partes, en cualquier moneda. El presidente luego compartió la información en sus redes sociales.
Como publicó Clarín algunas semanas atrás, la actual ley de alquileres (con una duración de tres años y actualización cada seis meses, bajo el coeficiente Casa Propia) se encuentra "derogada" de hecho; básicamente porque casi no se están firmando contratos.
A esto se suma la devaluación generada por las medidas económicas del actual gobierno. Así, un relevamiento realizado por la consultora Reporte Inmobiliario, detectó incrementos por encima del 300% en los contratos.
Las subas mas moderadas se registraron en las propiedades de 1 ambiente, que en entre noviembre de 2022 y noviembre de 2023 aumentaron un 237,25%. Le siguen las propiedades de 2 ambientes, con 285,98%; las de 3 ambientes, con un 318,99%. Mientras que las propiedades más grandes, las de 4 ambientes, aumentaron 358,33% interanual.
"Los números un poco obedecen a la adecuación a las limitaciones de publicar precios en moneda extranjera impuestas por la última modificación a la ley de alquileres. Así, una parte de las unidades publicitadas en dólares pasó a pesos a un tipo de cambio cercano al blue", explicaron a Clarín desde Reporte Inmobiliario. Entienden que otra parte de la oferta "directamente apeló a la leyenda 'consultar precio' sin especificar en el aviso el valor monetario de locación".
Según el relevamiento, se detectó un alza, por primera vez en más de un año, de la cantidad de viviendas disponibles para alquilar: "En noviembre la cantidad de departamentos de 1 a 4 ambientes trepó hasta las 822 unidades", explicaron. Hasta octubre las cifras fueron históricas: "Mes a mes, desde octubre de 2022, el número de departamentos en oferta formal de alquiler a tres años venía decreciendo hasta llegar, en octubre de 2023, a sólo 532 unidades unidades en oferta", detallaron.
En la Ciudad de Buenos Aires, según los datos procesados por la Dirección General de Estadísticas y Censos porteña -en base al último Censo Nacional 2022-, el 36,1% de los hogares son inquilinos (era un 32,1% en 2013). Las historias de todas estas personas y familias son tan diversas como únicas.
María Márquez, de Caballito, alquila y también es propietaria y le contó a Clarín cómo se organiza económicamente con la vivienda: "Uso el ingreso de mi departamento para pagar en el que vivo, que es un poco más grande. El mes pasado renové el contrato con mis inquilinos. Los conozco, tenemos un vínculo desde hace años, y acordamos actualizar el valor del alquiler cada cuatro meses, por los próximos dos años. Pero el índice que fijamos, con todas estas medidas y la inflación que se espera, ya me quedó viejo", afirma.
"Todos sabemos que la situación está difícil, entonces buscamos ponernos de acuerdo en algo que ellos pudieran pagar y nos sirviera a mí y a mi familia. Pero todo es muy complejo por la inflación", evaluó. Al mismo tiempo, en la unidad en la que vive, viene prorrogando un contrato que comenzó en 2015. El último acuerdo, en abril, fue por un año y con indexaciones trimestrales.
"No sé qué va a pasar en abril, cuando tenga que renovar. Seguro el aumento va a ser fuerte, como ya me pasó. Pero el propietario ya nos conoce y espero que podamos llegar a un punto que nos sirva a ambos. De todos modos, en las renovaciones anteriores nos pasó que mudarnos era mucho más caro y más complejo que quedarnos y pagar el aumento", explicó la vecina.
En Núñez, la historia de Elizabeth Gutierrez es distinta y parecida a la vez. Ella es propietaria de un departamento de 2 ambientes que tiene en alquiler. Y alquila otro, de 3 ambientes, en el que tiene su pequeño emprendimiento de telas -cortinados, almohadones y fundas- y en donde vive junto a dos perras. "Tengo que renovar en marzo y ya empecé a charlar con el dueño. El también alquila y el dueño de la otra propiedad ya le dijo que el próximo contrato lo cierran en dólares. Yo pago 112.000 pesos y si tuviera que actualizar hoy, el alquiler se me va a casi 300.000. No quiero ni pensar en el panorama de marzo, porque la inflación está disparada y aún falta la quita de subsidios a los servicios y al transporte", evaluó.
Aún teniendo unos ahorros y un departamento propio, Elizabeth está atravesada por la angustia y las preocupaciones. "No puedo resignar metros porque necesito seguir trabajando en mi taller de costura. A la preocupación de la vivienda, se suman los anuncios de este gobierno que ya abrió las importaciones. Ya pasó durante el menemismo, las industrias y los emprendedores vinculados al universo telas y costura quedamos relegados por la invasión de productos chinos. Me siento atrapada, siento que el suelo se mueve", lamentó esta vecina del barrio de Núñez.
Una y otra vez, a quien quiera oír, Armando Pepe le dice: "El presidente no puede derogar la ley de alquileres a través de un DNU, lo voy a decir todas las veces que haga falta. Tiene que enviar un proyecto de derogación al Congreso y debe ser tratado por ambas cámaras. Hoy, en medio de este caos, lo más lógico sería volver al Código Civil. Que se firmen contratos por dos años y actualizar de común acuerdo, en pesos", sentenció. Y aseguró que, después de más de 40 años en el mercado, nunca asistió a una crisis inmobiliaria como la que atraviesa la Ciudad en estos momentos.
FUENTE: CLARÍN