La Catedral Basílica del Santísimo Salvador o simplemente Catedral de San Salvador de Jujuy es la sede del obispado católico de la capital de la provincia y un edificio histórico del país. La obra fue declarada Monumento Histórico Nacional por Decreto No. 1347 del 16 de mayo de 1931.
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La Catedral Basílica del Santísimo Salvador o simplemente Catedral de San Salvador de Jujuy es la sede del obispado católico de la capital de la provincia y un edificio histórico del país. La obra fue declarada Monumento Histórico Nacional por Decreto No. 1347 del 16 de mayo de 1931.
Desde hace aproximadamente diez años y frente al marcado deterioro del edificio, las autoridades eclesiásticas pertenecientes al Obispado Diocesano de Jujuy, la Confederación Episcopal Argentina y el apoyo de las autoridades gubernamentales de Jujuy iniciaron los pedidos correspondientes para su restauración a la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos y la Dirección Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.
Después de un lustro las cosas no solo que no cambiaron, sino que empeoraron como consecuencia del paso del tiempo que pone en peligro un edificio que es caro al sentimiento de los jujeños, no solo de aquellos que pertenecen a la grey católica sino de la comunidad en su conjunto.
Fuentes confiables consultadas por El Tribuno de Jujuy dan cuenta que restaurar el tradicional edificio implicaría un costo cercano a los diez millones de pesos, pero más allá de la inversión monetaria las actuales autoridades de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos su presidenta Mónica Susana Capano y su vicepresidente Alberto Petrina parecieran demostrar una ineptitud, inoperancia o simplemente desidia que es ni más ni menos que la falta de ganas, de interés o de cuidado al hacer una cosa.
En nuestra provincia con el obispo diocesano monseñor Cesar Daniel Fernández a la cabeza es que se trabaja denodadamente a los efectos de lograr que estos funcionarios se dignen a cumplir con la función para la que fueron designados, solamente eso, ya que para autorizar "remiendos" en el edificio siempre están, sin asumir con seriedad y responsabilidad la tarea de restauración, ya que se carece de los permisos correspondientes que solamente ellos pueden brindar.
Consultados funcionarios provinciales expresaron que por las características del edificio y por el tiempo que lleva sin intervenciones correctas, se requerirán especialistas en arqueología estructural para, en pos de determinar obras, realizar ensayos no destructivos.
También aclararon que han visto cuestiones de filtraciones de agua, problemas en la estructura envolvente, y ya afectaciones, por ejemplo, en algunos lienzos del techo, frente a esta realidad es que se realizaron todas las gestiones ante Nación y todas las acciones posibles desde la provincia en lo inmediato para que la Catedral tenga las obras de cuidado que necesita.
La restauración se debe realizar con mucho tiempo y cuidado y dirigidos por especialistas a los efectos de poder recuperar la cúpula, el púlpito, una de las obras más importantes del barroco colonial en la Argentina. Realizado a mediados del siglo XVII, a partir de los diseños típicos de Cusco, Perú, está tallado en madera de ñandubay y cedro laminado en oro. Se compone de tribuna, respaldo, tornavoz y escalera con baranda, revelando influencia de la escuela potosina.
Los jujeños esperan de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, más exactamente de sus autoridades una pronta respuesta para que uno de nuestro más emblemático edificio no termine en ruinas.
Los antecedentes
Muchas obras de arte dejó España, pocas sin embargo tan bellas como las dedicadas a la divinidad, altares, retablos, púlpitos. Por ello no es de extrañar muy pronto luego de la fundación de la ciudad de San Salvador de Jujuy ya se pensara en la construcción de la Iglesia Matriz, que con el tiempo se convertirá en nuestra Iglesia Catedral Basílica.
Nuestra querida Iglesia Catedral es sin duda una obra maestra del estilo colonial español del siglo XVIII. Varios edificios religiosos fueron construidos antes del actual edificio de la catedral, pero fueron levantados con materiales demasiado frágiles y ninguno resistió durante mucho tiempo. Fue en 1736 que el último de ellos fue declarado fuera de servicio y la construcción de la obra que conocemos hoy se llevó a cabo. Sin fecha precisa, se cree que el actual edificio fue consagrado y abierto entre 1761 y 1765. Desde entonces se han producido algunas modificaciones menores a fines de los siglos XIX y XX.
Fue en esta catedral que la nueva Bandera argentina, creada por Manuel Belgrano, fue bendecida el 25 de mayo de 1812. Poco después, las tropas y la población de la ciudad, se reunieron frente al Cabildo y juraron lealtad ante ella. Este hecho es hoy perpetuado por una pintura de Luis De Servi, realizada para el centenario del evento y colocada en uno de los muros de la catedral.
En ella se venera a Nuestra Señora del Rosario de Paypaya y Río Blanco, declarada en 1812 "Patrona de los Ejércitos del Norte", usada en la liberación del país siendo coronada en el año 1920 por el nuncio Vasallo de Torregrossa y bajo el mandato del Papa Benedicto XV.
Parte fundamental de la historia jujeña
Según los documentos, la construcción comenzó en el año 1606, con dimensiones que no son las actuales.