La primera confitería de Café Baritu se encuentra en San Salvador de Jujuy, allí cientos de personas pasan a disfrutar un rico café, otras tantas se llevan su pedido para prepararlo en los hogares u oficinas, y también están quienes de otras partes del país hacen su encargo y reciben su pedido de Café Baritú. A cargo de la empresa cafetera se encuentra Graciela Ortiz que comentó que "Café baritú es un proyecto que tiene bastantes años, aproximadamente unos 15. Aunque la idea del café surge en otro momento y se remonta a los años '70. En ese entonces hay un plan cafetero muy ambicioso desde la provincia de Salta. Creo que también en ese momento se une Jujuy y Misiones. Son bastantes las personas que se suman al plan cafetero salteño entre ellos los hermanos Ortiz, con la finca Candado Chico. Mi padre Antonio Ortiz, junto a mis tíos, Juan y José, inician con los cafetales pero por diversos motivos quedan abandonados. Yo heredo parte de la propiedad. Y al ver los cafetales abandonados, casi perdidos en la selva comienza mi afán por recuperarlos". Así es que acompañada de su familia comenzó el proceso de restauración que le llevó casi 15 años, "la primera producción fue en el 2013 y el día que teníamos que cosechar llegó una helada negra que, en 60 años no hubo registros en el Inta, y me llevó todos los cafetales. No pude salvar nada, iba a ser era mi primera gran cosecha", aseguró.
inicia sesión o regístrate.
La primera confitería de Café Baritu se encuentra en San Salvador de Jujuy, allí cientos de personas pasan a disfrutar un rico café, otras tantas se llevan su pedido para prepararlo en los hogares u oficinas, y también están quienes de otras partes del país hacen su encargo y reciben su pedido de Café Baritú. A cargo de la empresa cafetera se encuentra Graciela Ortiz que comentó que "Café baritú es un proyecto que tiene bastantes años, aproximadamente unos 15. Aunque la idea del café surge en otro momento y se remonta a los años '70. En ese entonces hay un plan cafetero muy ambicioso desde la provincia de Salta. Creo que también en ese momento se une Jujuy y Misiones. Son bastantes las personas que se suman al plan cafetero salteño entre ellos los hermanos Ortiz, con la finca Candado Chico. Mi padre Antonio Ortiz, junto a mis tíos, Juan y José, inician con los cafetales pero por diversos motivos quedan abandonados. Yo heredo parte de la propiedad. Y al ver los cafetales abandonados, casi perdidos en la selva comienza mi afán por recuperarlos". Así es que acompañada de su familia comenzó el proceso de restauración que le llevó casi 15 años, "la primera producción fue en el 2013 y el día que teníamos que cosechar llegó una helada negra que, en 60 años no hubo registros en el Inta, y me llevó todos los cafetales. No pude salvar nada, iba a ser era mi primera gran cosecha", aseguró.
Sin embargo, Graciela no se da por vencida señalando que "como ésta era una situación atípica creyendo que era algo que quizás no vuelva a suceder empecé de nuevo casi de cero. Y hoy en la actualidad, tenemos 30 hectáreas. No todas están en producción porque empieza a producir el café después de cuatro años. Además cada año es diferente, ya no tenemos las estaciones marcadas como antes, ya no sabes con qué te puede llegar a jugar el tiempo. Por ejemplo, este año va a ser un año bastante difícil porque la seca que hubo en todo el país prácticamente hace que en ese momento de floración se caiga, y entonces no cuaja y no hay grano. Y con ello las plantas van a producir menos", explicó Graciela Ortiz.
La especie que cultiva Baritú es La Coffe Arábiga, de la variedad catuai mezcla de 2 arábigas una colombiana y otra brasilera, es consideran una de las especies más sutiles y más finas del café. "Tiene muy buena comercialización y también se usa para mejorar otras especies o para suavizar café, para hacerle blend. Tenés las robustas que es café más agresivo porque son más ácidos, tienen más cafeína, entonces la Coffe Arábiga lo suaviza. Pero cuando podes obtener un café de una coffe Arábiga pura es exquisito, tiene un sabor riquísimo". Sobre su trabajo y la familia, Graciela comentó que "vengo de una generación de mujeres que hemos trabajado tarde. Tuve la suerte de criar mis hijos, estar en la casa y empecé a trabajar tarde. De esa experiencia siempre les digo que jamás es tarde. Y otra de las cosas que siempre les pregunto cuando me invitan a contar sobre mi proyecto es ¿estás enamorada de tu proyecto? Porque si no estás enamorada, no continúes. Si no hay un enamoramiento en lo que hacés no va a llegar a buen puerto. Empezá a valerte de tu propio recurso porque si lo estás esperando, es decir hacer cosas con recursos de afuera, por ahí no te da resultado. Aunque vayas despacito hacelo, ya que nunca es tarde. Pero hay que perseverar. Vas a tener miles de caídas, a mí me pasó, tuve miles de inconvenientes. Pero estoy tan enamorada de mi proyecto. Estoy tan comprometida… que no lo voy a dejar", sentenció Graciela Ortiz de Café Baritú.