¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

12°
3 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Bailó una zamba ante el Papa y hoy es instructora de fitness

Tener síndrome de Down potenció las ganas de superarse en Verónica Coca. Su hermana mayor compartió su historia.
Miércoles, 05 de abril de 2023 18:14

Cuando el amor fraternal de hermanos brilla de manera sincera, siempre es digno de destacar. Esta es la historia de Verónica Coca, una joven que llegó al mundo hace cuarenta y tres años, con síndrome de Down. Llegó en el seno de una familia donde el amor se marca a base de sentimientos y cuidado, por lo que toda la vida, fue tratada con cariño infinito.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Cuando el amor fraternal de hermanos brilla de manera sincera, siempre es digno de destacar. Esta es la historia de Verónica Coca, una joven que llegó al mundo hace cuarenta y tres años, con síndrome de Down. Llegó en el seno de una familia donde el amor se marca a base de sentimientos y cuidado, por lo que toda la vida, fue tratada con cariño infinito.

"Ella es nuestra razón de vivir", destacó Sandra Coca, hermana mayor de "Vero" que precisó de tratamientos médicos que la ayudaron a ser fuerte. Para el óptimo desarrollo de su salud, la fonoaudióloga fue compañía innegable. Al acercarse la edad escolar, la inscribieron en la escuela "Oscar Orías" y tuvo allí su primer contacto con las artes escénicas.

INOLVIDABLE | RECIBIENDO EL CERTIFICADO COMO INSTRUCTORA DE BAILE FITNESS.

Es que, además de recibir la formación académica, cuando era pequeña el entusiasmo por salir en los actos la hizo destacarse en el baile. "Se ponía el grabador y escuchaba su cassette. Bailaba cumbias, inventaba pasos y se ponía a ver videos en la tele" dijo Sandra, quien recordó el lado "B" de la historia. "Cuando era niña, sus compañeritos la mechoneaban o rasguñaban y la sacamos de la escuela", contó. A los 11 años, la fundación "Ideas" fue su nuevo espacio de contención. "En el grupo donde ella estaba no había chicos con síndrome de Down, sino con retraso madurativo.

La atención era personalizada y ha tenido buenos amigos con los que aún hoy se comunica" dijo Coca, quien explicó que en la fundación hacía manualidades en telar, para incentivarla. Luego, pasó a ser alumna de la asociación "Todos Juntos", donde le brindaron brazos abiertos para su estimulación. "Me dijeron que ella podía estudiar en una escuela pública en la Zeballos, por la noche, que es la escuela nocturna 99 'Deciderio Sarverry', cuando hablé con la secretaria, tenía dudas al inscribirla por su condición", comentó. Y es que en aquél tiempo, los prejuicios sobre las personas con síndrome de Down abundaban, ya que eran considerados "agresivos".

ANTE SU SANTIDAD | “HECHIZO DE AMOR” DANZÓ “VERO” CON JONATHAN NAVARRO.

"Estudiamos el síndrome y hay casos en los que son agresivos, otros con nivel medio; y otros más tranquilos. Ella siempre fue tranquila y se dieron cuenta". Los años fueron pasando y rodeada de amor fue creciendo. Como toda joven, se sintió identificada con ídolos musicales y se inició como seguidora de Ángela Leiva, la cantante de cumbia que -en diferentes oportunidades- había llegado a la provincia; y que se sorprendería al ver un cartel muy especial. "Cuando la llevé al recital de Ángela, el muchacho la vio y me dijo: '¿Ella va a entrar solita?'. Le dije que ella se porta bien y nunca hemos tenido ningún problema. Entró con su cartel y Ángela lo destacó y salió 'chocha'. Se sacó una foto con ella", dijo su hermana asegurando que también es fan de Martín Arco, la voz de Tunay.

Por ejercitarse constantemente, aprendió a leer y a escribir. Pero el arte pretendía salir a lucirse en ella, a través de alguna expresión corporal. Y es cuando arribó con su sueño de escenario al centro de educación artística especial "Sol y Arte". Las manualidades, artesanías, pinturas y el teatro empezaron a ser esenciales en su vida. Pero cuando descubrió el folclore, una nueva pasión se encendió. Así, en sus primeras presentaciones perdió la vergüenza de los nervios previos. Una travesía al viejo continente le permitió descubrir aún más la magia de la danza -ver apartado-. Asistió a Estación saludable y junto a "Aquí estoy", se movía al ritmo de la zumba. "Encontré que podía realizar un curso en baile pero, previamente, hablé con la encargada, le dije de la condición de 'Vero' y la aceptó", comentó.

EN PRE COSQUÍN | BAILARINES JUJEÑOS DESPLEGANDO MAGIA EN CÓRDOBA

Con alegría, ella asistió al curso de carácter inclusivo para asistentes de todas las edades en el colectivo "Estudiá bailando". Así llegó a obtener su certificado por haber logrado un instructorado de baile fitness. La voz de Sandra Coca se emociona al indicar que su hermana es feliz con el baile que es lo que desde niña le gustó hacer. En su familia están orgullosos de ver su crecimiento como persona y profesional del escenario. "Les diría a los familiares de personas con síndrome de Down que los saquen a todos lados, porque ellos pueden tener grandes logros", detalló conmovida.

La experiencia en el Vaticano

La mejor de las experiencias vividas por Verónica Coca fue -sin dudas- en Roma, Italia. En el año 2014, viajó por primera vez en un avión, conoció el Vaticano y bailó una zamba ante el papa Francisco. Todo esto fue posible junto a integrantes de “Sol y Arte”, “Helen Keller”, Gabriela Altamirano, Carlos Burgos y “Memo” Vilte, además de funcionarios provinciales que solicitaron aquella audiencia especial. “Fue hermoso y se dio porque ella asistía a ‘Sol y Arte’, la llevaron como representante y bailó ‘Hechizo de amor’ con su compañero Jonathan Navarro que también lo hizo en el Pre Cosquín de 2018”, dijo Sandra Coca.