En esta especial presentación, los artistas suman y abrazan a dos músicos que los enorgullecen, porque son sus hijos, Julián Baglietto en batería y Jano Vitale en bajo.
inicia sesión o regístrate.
En esta especial presentación, los artistas suman y abrazan a dos músicos que los enorgullecen, porque son sus hijos, Julián Baglietto en batería y Jano Vitale en bajo.
La gira continuará por Salta el viernes y por Tucumán el sábado.
Ustedes tienen muchos años juntos, se juntaron, se separaron, volvieron. Tienen una vigencia especial, porque se los espera siempre. ¿Qué es lo que los renueva cada vez que se juntan a planear un nuevo proyecto en dúo?
Nosotros tenemos una historia de continuidad de 32 años, de grabar discos y hacer cosas juntos, con algunas interrupciones al medio, porque también, uno de los motivos por los que seguimos eligiéndonos y renovamos esta pasión por lo que hacemos tiene que ver con permitirnos hacer otras cosas, o tomarnos pausas sin que eso presuponga un engaño.
Es una "pareja abierta" ja ja
Ponele que somos una "pareja abierta" -se ríe-. Es que somos amigos, nos queremos y respetamos, y entendemos que más allá de nuestra relación, el otro puede tener necesidades artísticas. De todos modos, hace 32 años que nos seguimos eligiendo y eso no es poco, es una muestra de lo mucho que nos dan estos proyectos en dúo.
Nosotros hacemos de vez en cuando proyectos con otros artistas, donde encontramos otras cosas, proyectos solistas inclusive, pero no encontramos lo que se genera en el dúo. Es una cosa muy particular, muy valiosa y muy querida.
¿Podés definir con palabras eso que se genera en el dúo?
Mirá, es un entendimiento que en principio parte de las coincidencias de la vida, aunque también tenemos nuestras diferencias, porque no es que somos seres humanos perfectos que tenemos una relación impoluta. Pero la verdad que coincidimos en la mayoría de las cosas importantes.
Cómo definirla. Mirá. Yo siempre digo algo, que probablemente no sea una gran cosa, pero yo siento que a muchos de los músicos instrumentistas que son muy talentosos y dotados, tan virtuosos como es un pianista como Lito Vitale, no les gusta mucho acompañar a un cantante, porque sienten que es una tarea menor. Nosotros somos un dúo porque no es un pianista que trata de acompañar a un cantante, ni un cantante que trata de sobrevivir a los embates del pianista. Los dos nos ponemos al servicio de un tercero que se para entre nosotros, y que es el dúo. No competimos.
Sumale a eso la amistad, el entendimiento en otros aspectos. Porque cantar o tocar no se restringe sólo al tiempo en el escenario, es la cantidad de charlas en los viajes, la cantidad de horas que pasamos juntos en el estudio, culo contra culo, en las buenas y en las malas.
La música no ha logrado que nos peleemos. Es que, entre nosotros, dejamos los egos de costado.
Ahora están además tocando junto a sus hijos. ¿Cómo se llevan con esta incursión?
Sí, ya hace un par de años. Esto es un lujo.
Con ellos nos llevamos muy bien, una porque son grandes músicos que están absolutamente a la altura del dúo. Yo aprendo cosas de mis hijos. Yo tengo cuatro hijos, de los cuales, los tres varones son músicos. Clara todavía está concentrada en su cumpleaños de quince, y después veremos -dice risueñamente-.
Mi hijo mayor, que es Julián, es el que toca con nosotros, toca batería, canta, es multiinstrumentista, compone, tiene un proyecto propio. Y Jano Vitale, que es el bajista, hijo menor de Lito, tiene 17 años y toca como la gran siete. Y ellos también se ponen al servicio del proyecto que generamos en conjunto.
Eso lo aprendieron de ustedes...
Y qué se yo... Algo bueno habremos hecho. Ellos -los hijos- proponen cosas, y por ser sus padres, no tienen ningún miramiento en decirnos lo que no está bueno. El respeto existe, pero yo jamás les vendí la película del súper padre.
Tenemos una relación buenísima. Además, siempre que uno se va de gira, deja la familia en otro lugar, y acá nosotros tenemos la gran suerte de compartirla con parte de la familia. Está buenísimo, cierra por todos lados.
¿Qué incluyen en este "Nuevo show"?
Siempre incluimos en el concierto, un segmento de tango. También incluimos temas que no nacieron como tangos y nosotros le dimos una impronta así. Y también están presentes los clásicos de siempre que la gente extrañaría si no están, y que a nosotros nos da mucho gusto hacer.
¿Cuál es la idea que ustedes tienen de este concepto de fusiones de estilos, de artistas de distintos géneros, de colaboraciones, etc., que se está dando más en estos tiempos?
El concepto es que la música no es lo suficientemente importante para separar a nadie, sino todo lo contrario, a partir de la fusión y de la mezcla, surgen cosas nuevas, expresiones distintas. Esta mixtura que nos permitimos ahora, en una época no nos la permitíamos, o sea, los que tocaban folclore no querían ni ver a los que hacían rock, los que hacían rock no querían ni ver a los que hacían tango, y los del tango no querían nada con los de la cumbia. Era un círculo vicioso en el que cada uno llevaba una bandera, y parecían ejércitos. Por suerte, eso se ha ido superando, porque nos perdíamos aprender del otro.
Yo, por lo menos, he sido muy prejuicio mucho tiempo.
Por eso me interesaba tu opinión, porque sos de la generación que vivió la época en que era muy tajante la división de los géneros musicales, pero a la vez, junto con Lito, son de los que han avanzado haciendo de todo, y se agradece porque la música así tiene otra frescura. Ustedes son de los que han vivido la etapa anterior y la transición...
Creo que nosotros fuimos parte de la transición. Pero ni siquiera es una especie de mérito, porque ni siquiera sé si fue un plan superior. La vida te va llevando por distintos lugares, y uno por supuesto es el que elige, pero a medida que vas cumpliendo años, vas entendiendo cosas. Si fuéramos los mismos de hace 45 años, algo estaría mal.
Cuando proyectan algo, ¿qué es lo inaceptable para el dúo, qué no harían?
Relacionarnos con gente chota, que las hay en todos lados. Y musicalmente, creo que el límite es el de la solvencia, el del conocimiento. Yo, por ejemplo, no sé cantar blues, no me sale bien, y no lo hago. O, por ejemplo, nosotros hacemos "Piedra y camino" de Atahualpa Yupanqui, pero la obra de él es enorme y de un folclore campero que usa casi un dialecto y habla de cosas que nosotros no estamos enterados, y eso es un límite, hablar de cosas que uno no conoce.
Sobre todo, el dúo con Vitale es de intérpretes. Y probamos muchas cosas, y cuando pasó un tiempo de transcurrida la obra, ya nos damos cuenta de si le podemos agregar algo, si le podemos dar un carácter diferente, si la podemos personalizar. El Donvi (Rubens Vitale), el papá de Lito, decía que nosotros interveníamos los temas. Y si nos damos cuenta de que no va, mejor que se queden con las versiones que ya se tienen, que ya son buenas.
Además, somos muy intuitivos. Nos damos cuenta de si estamos por el camino correcto con una obra o no, por lo menos a nuestro juicio.
Una vez me encontré con un tipo, después de un tiempo de hacer el tango "Nostalgia", que a mí me parecía que salía buenísimo, y me dice: "¿Te puedo pedir un favor? Podés dejar de cantar 'Nostalgia'?".
Todo es opinable. Él fue respetuoso igual. Está bien porque a veces es como que a las personas conocidas se les perdona todo.
Aparte te da la pauta de que te sigue y te escucha...
Tal cual. Para cuestionarte te tiene que prestar atención. Ja ja.
¿Qué les faltaría hacer, la música de alguien especial o algún estilo en especial?
Tenemos dos o tres cosas como pendientes, porque nos lo planteamos como proyectos sin fecha de vencimiento, pero como se diría "lo tuyo está en carpeta". Vamos a hacer un disco de rock, es decir de lo que han sido nuestros orígenes de adolescentes, como admiradores de la gran cultura del rock en español que tiene este país, que generó además un fenómeno de contagio, inclusive en muchos países de habla hispana en los cuales no se cantaba en castellano. Yo estoy haciendo otro disco con canciones nuevas, bien distintas, siempre dentro del género de música popular.