Con el correr de los días se van conociendo más detalles escalofriantes de la muerte de Fernando Reyes (39), el jujeño que residía en la localidad catamarqueña de La Ciénaga (Belén) junto a su pareja Dana Martínez y sus hijos de 6 y 9 años. La concubina confesó que lo mató, lo descuartizó, incineró sus restos y los enterró porque decía sufrír violencia de género.
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Con el correr de los días se van conociendo más detalles escalofriantes de la muerte de Fernando Reyes (39), el jujeño que residía en la localidad catamarqueña de La Ciénaga (Belén) junto a su pareja Dana Martínez y sus hijos de 6 y 9 años. La concubina confesó que lo mató, lo descuartizó, incineró sus restos y los enterró porque decía sufrír violencia de género.
Si bien la mujer no habría actuado sola, sino con la complicidad de otros dos sospechosos, que están detenidos, y una familia de la víctima incrédula de tamaña frialdad de un ser humano claman por justicia y trajeron a los niños a nuestra provincia.
El foco de las sospechas surgió de uno de los hijos de la pareja, quien alertó sobre el posible destino que podría haber tenido su padre. Aún queda por conocer la identidad de los restos óseos encontrados, pero hasta ahora todo indicaría que se trata de Reyes.
"Mi papá está enterrado en la canchita". El comentario que hizo la nena, de 6 años, sobre lo ocurrido con Fernando Federico Reyes. La nena repitió el comentario sobre su papá en distintos lugares. Habló de que estaba "enterrado", también que lo habían "quemado".
Su pareja, Dana Estrella Belén Martínez (30), terminaría confesando el crimen: quemó el cadáver, lo enterró y se fue a bailar.
La mujer fue arrestada el sábado, después de que hallaran el cuerpo, dentro de una bolsa y a metros del río Belén. También detuvieron a Simón Alcides Toranzos (27), un hombre que había mantenido una relación paralela con ella y, según se sospecha, también podría haber tenido participación en el hecho. Además fue capturada María Villagra, otra amiga.
Se fue a bailar
Antes de encontrarlo, Martínez había sido convocada a declarar y sostuvo que Reyes había viajado a Jujuy por la muerte de su hermano, Diego. Pero la Policía se contactó con él y la mentira no llegó muy lejos. Otras de las excusas por la ausencia de la víctima, era simplemente que los había abandonado y se fue a vivir a otra provincia.
La noche del crimen, la mujer se fue a bailar con sus amigos al club San Roque. Luego, un hombre de este mismo entorno también desapareció. Lo encontraron ahorcado en la misma zona donde luego hallarían los restos humanos que, en los próximos días, la Justicia establecerá, si se trata de Fernando Reyes.