Aunque hace tiempo que se convirtieron en un espectáculo repetido y casi familiar para estas costas, no deja de sorprender y emocionar la presencia de ballenas en cercanías a estas costas, en algunos casos con posibilidad de avistaje desde las propias playas y en otras algunos metros más mar adentro, como ocurrió con esta primera visita de esta época del año.
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Aunque hace tiempo que se convirtieron en un espectáculo repetido y casi familiar para estas costas, no deja de sorprender y emocionar la presencia de ballenas en cercanías a estas costas, en algunos casos con posibilidad de avistaje desde las propias playas y en otras algunos metros más mar adentro, como ocurrió con esta primera visita de esta época del año.
El dato lo confirmó a Ahora Mar del Plata el biólogo y especialista en mamíferos marinos Diego Rodríguez a partir de testimonios recibidos desde balnearios de la zona sur, donde Ricardo Bastida pudo incluso eternizar en fotografías el paso de una ballena, la primera que se deja ver en los albores de esta etapa del año en la que la especie inicia su acercamiento a la costa en un período en el que se da la la reproducción.
El mar sereno, casi sin olas, permitió ver con mayor claridad el recorrido de este mamífero que regaló a los privilegiados que estuvieron bien cerca esa impactante y tan buscada imagen, que es la de exhibir las dos aletas sobre la superficie en clavado vertical.
La Universidad Nacional de Mar del Plata tienen un espacio de investigación y seguimiento de esta especie y durante los últimos años, en la medida que estos avistajes fueron más recurrentes, surgieron desde allí voces de advertencia para evitar que con embarcaciones, tablas de surf o kayaks se realicen acercamientos de extrema proximidad que puedan molestar o alterar a estos animales.
A tales efectos, desde el ámbito del Concejo Deliberante de General Pueyrredon, se generó una Mesa de Trabajo de Ballenas con participación de científicos tendientes a implementar medidas que contribuyan al cuidado de la ballena austral, con un protocolo para evitar incidentes.
En esas consideraciones se reclamó mantener distancias no inferiores a 200 metros de estos cetáceos, en particular durante este período de mayor presencia en estas costas, que se suele dar entre mayo y diciembre.