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Entre el miedo y la confianza

Lunes, 12 de junio de 2023 01:00

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Jujuy vive horas difíciles. Era de esperarse que en algún momento, los gremios del personal estatal se lanzaran por reivindicaciones salariales. La crisis nacional, la discriminación que las provincias no oficialistas sufren por parte del gobierno nacional (y que fuera denunciada en reiteradas ocasiones) terminó con el descontento plasmado en paros. En este caso, la más visible y delicada es la huelga docente que lleva una semana. El presidente del bloque de diputados oficialistas Alberto Bernis, reconoció la situación: "El salario docente es realmente muy bajo", dijo el vicegobernador electo, y ponderó el esfuerzo del gobierno por mejorarlo. Más allá fue el ministro de Gobierno, Normando Álvarez García, uno de los permanentes negociadores con los sindicatos: "Con los aumentos que hemos otorgado estamos superando la inflación, igual sabemos que con esta inflación totalmente desbordada se hace muy difícil para cualquier trabajador" y dijo que está abierto al diálogo y a seguir negociando: "No somos necios ni miramos para otro lado". Igual temperamento expresó la ministra de Educación Marita Bovi quien prácticamente suplicó a los docentes volver a las aulas mientras se sigue buscando una solución. Hay dos puntos clave: uno, priorizar el derecho de niños y jóvenes a educarse; y otro, que entre todas las partes, se mantenga la lucidez suficiente para evitar que intereses políticos subalternos pretendan aprovechar el momento para desnaturalizar el centro de gravedad del conflicto. Naturalmente las movilizaciones dieron pie a esta utilización cuyo origen el gobierno ubicó en el kirchnerismo y en la izquierda. Aseguró que el derecho a protestar rige, pero dejó claro que el mismo no justifica alterar la paz social y la convivencia. Y se hace responsable de cuidarlas.

En lo político, una semana para recordar. Las dos coaliciones mayoritarias se debaten entre la confianza de lograr ceñirse los laureles de la victoria, y el temor de que la voluntad popular les dé la espalda y los sumerja en la derrota. Entre las mismas alternativas navega, la flamante oposición "disrruptiva" que viene creciendo en partes iguales por méritos y osadías propias y por los errores de los adversarios. Los Juntos por el Cambio no pueden disimular diferencias terribles, que aunque sigan juntos, también les seguirán haciendo la vida imposible si no reducen sus fracturas. En el Frente de Todos también se desesperan por encontrar y mostrar una unidad en la que se pueda confiar después de las elecciones. La Libertad Avanza está entrando al tramo en el que cualquier tropiezo puede transformar su ascenso en una bomba de humo.

Se recordará la sinceridad de Gerardo Morales que sacudió a JxC enjuiciando la batalla entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich: "Por esa pelea bajamos diez puntos en las encuestas", sentenció el jujeño y marcó que la victoria que hace dos meses era segura, se podía poner en duda. Y sigue respaldando un acuerdo con el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti. Ampliar la coalición ahora, para garantizar gobernabilidad después, es la idea. Lilita Carrió aportó más nafta: "Macri se unirá a Milei para hacer un ajuste brutal en cuatro meses y reprimirá hasta matar". Los temerarios pronósticos de la jefa de la Coalición Cívica, si ganase el sector de los "halcones" del "macribulrrichismo", igualaron la irresponsabilidad de Aníbal Fernández que auguró "sangre y muertos en la calles" y de Juan Grabois que vaticinó que "los muertos los pondrá el pueblo". Macri despreció una alianza con Schiaretti: "No podemos acordar con el PJ cordobés que apoyó todas las leyes destructivas del kirchnerismo". No alcanzaron a mediar en el conflicto las expresiones de Schiaretti: "El peronismo cordobés es antikirchnerista. No pudieron colonizarnos nunca", expresó. Los armadores de Larreta, Morales y Loustaeu siguen trabajando en un acuerdo programático de al menos diez puntos, que mostrarían como base del acuerdo que persiguen tenazmente. La vigorosa Convención Radical se reúne hoy para mostrar su fuerza y sus decisiones. La UCR toda, y Gerardo Morales, su presidente, se juegan una partida más que trascendente, casi "refundacional" para el centenario partido. Pero en todos los rincones de la estructura de JxC, hoy, paralela a la esperanza de volver al gobierno, camina el temor de perder esta oportunidad. Con el accesorio de encaminarse hacia una disgregación.

El Frente de Todos ve una oportunidad. De estar al borde de la ruptura entre el cristinismo/massismo y el albertismo/sciolismo, vuelve a hablar de unidad como una obsesión. La síntesis surgió del Congreso del Frente Renovador de Sergio Massa. El ministro, que había hablado por voz de Cecilia Moreau, amenazando con renunciar, por estar harto y cansado de lidiar con la economía mientras todos los demás se enfrascaban en la interna, horas después corrigió su posición casi extorsiva buscando ser el candidato único del FdT: "Queremos la unidad, pero si insisten en las Paso, anótennos, porque vamos a participar". Los competidores serían Scioli, Rossi y Grabois. Y no se debe descartar al tucumano Juan Manzur, que después de la performance del peronismo ayer en su provincia, vuelve a quedar en la grilla de lanzamiento de la carrera hacia la Casa Rosada. Si los gobernadores del PJ querían alguien que los represente en la fórmula, además de la santiagueña ultra K Claudia Ledesma Abdala, presidenta provisional del Senado, ahora quedó anotado automáticamente el tucumano. Pero todavía no se sabe qué será de Wado de Pedro y Axel Kicillof, y lo más importante, cómo jugarán la gran estratega Cristina Elisabet Fernández de Kirchner y su dedo vigoroso. Hoy en el FdT convive cierto alivio por la frenada de Massa y la esperanza por un reacomodamiento general con el pánico inocultable que le propina el desastre económico que promete otro índice inflacionario cercano a los dos dígitos para este miércoles.

La Libertad Avanza de Javier Milei, mira, escucha y sigue. Sin internas, sin costados descuidados, el líder del tercer sector en discordia, repite su catecismo liberal y desafía al establishment. Cuando se da un tiempo, castiga a "la casta", aunque a veces pacta con parte de ella, como su alianza en Tucumán con la Fuerza Republicana de Ricardo Bussi. Y en otro ratito arrimó un bidón de nafta premium a la hoguera de JxC: "Si hacemos una alianza con Patricia Bullrich, ganamos caminando". Lo lanzó hace horas, y se sentó a mirarlo arder. LLA disfruta su presente asombroso, pero sabe que un paso en falso, lo puede hacer explotar hasta desaparecer.

Y como siempre, en estos momentos, entre el miedo y la confianza, hay encuestas para todos los gustos.

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