El presidente Javier Milei encabezó ayer el acto oficial por el Día de la Bandera en Rosario, Santa Fe, donde lanzó una nueva convocatoria a todos los sectores políticos para firmar el Pacto de Mayo el próximo 9 de julio en Tucumán.
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El presidente Javier Milei encabezó ayer el acto oficial por el Día de la Bandera en Rosario, Santa Fe, donde lanzó una nueva convocatoria a todos los sectores políticos para firmar el Pacto de Mayo el próximo 9 de julio en Tucumán.
En un discurso en cadena nacional tras la fallida firma del Pacto el pasado 25 de Mayo, el jefe de Estado pidió dejar de lado las diferencias partidarias para trabajar en que la Argentina vuelva a ser una potencia mundial.
Milei estuvo acompañado por ministros de su Gabinete, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin.
"Quiero aprovechar este día con la bandera argentina flameando en el cielo, avanzada ya la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal, para convocar a todas la autoridades nacionales, los gobernadores, los expresidentes, los miembros de la Corte Suprema, empresarios y trabajadores a que nos encontremos la noche del 9 de julio en Tucumán para firmar el Pacto de Mayo", resaltó Milei.
Gesto de compromiso
Ante la atenta mirada de un centenar de rosarinos que aplaudieron en cada pasaje de su intervención y de su Gabinete casi completo -a excepción del ministro de Economía, Luis Caputo-, el jefe de Estado propuso: "Quiero invitarlos a repetir este gesto de compromiso que es jurar por la bandera. Sueño con un mundo en el que la bandera flamee alto en el cielo orgullosa entre las naciones más prosperas".
"Que escribamos un nuevo capítulo en la historia del progreso argentino. Para poder alcanzar ese sueño es fundamental que todos los que compartimos la causa de la libertad depongamos las anteojeras partidarias, nos desprendamos de nuestros intereses particulares y trabajemos juntos", sostuvo, tras las palabras del gobernador radical y del intendente de Juntos por el Cambio.
Paralelismos
En un moderado discurso y poco confrontativo, el mandatario destacó la figura de Manuel Belgrano, al que definió como "un maximalista de la libertad" y un "ejemplo de austeridad y honradez en el ejercicio de la función pública" y, tras un breve recuerdo histórico, realizó algunos paralelismo con la actualidad.
"El Gobierno de Buenos Aires rechazó y le pidió que izara otra bandera porque el Gobierno de Buenos Aires aún no hablaba de independencia, no hablaba de un país libre, sino de un gobierno autónomo de las autoridades virreinales, pero fiel a la corona, a Fernando VII", planteó, y aclaró: "En consecuencia, no querían mandar un mensaje diplomático equivocado, querían cuidar las formas, como algunos les gusta hoy. Guiados por el miedo porque aún no se animaban a ser libres".
En la misma línea, continuó: "Otros porque directamente querían seguir siendo súbditos, trataron de despojar al ejercito de un símbolo que gritaba independencia y así no autorizaron al pueblo que se diera a sí mismo una primera bandera propia".
"Pero a Belgrano le importó un rábano las ordenes de las elites porteñas y llevó su insignia a las batallas. No espero la autorización de nadie e hizo lo que esperaba correcto, algo que se ha convertido en una sana costumbre en el interior del país cuando las decisiones de los políticos de Buenos Aires son excesivas e infundadas", remarcó el Presidente.
Visiblemente emocionado, continuó: "La Libertad no pide permiso, se impone. No se esperan las órdenes de ningún burócrata que especula qué conviene y qué no. La libertad es un instinto innato de ser argentino porque es ineludible por más que unos pocos se resistan o la quieran contener".