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Mientras el mundo sigue atento a temas como el cambio climático, la inmigración o incluso los conflictos bélicos, en Argentina el termómetro social marca otras prioridades. Según el más reciente informe “What Worries the World” elaborado por la consultora internacional Ipsos, nuestro país encabeza el ranking global de preocupación por la pobreza y la desigualdad, superando ampliamente a naciones como Indonesia, Hungría y Tailandia, y quedando muy por encima del promedio internacional.
El 46% de los argentinos encuestados mencionó la pobreza y la desigualdad como su principal preocupación, un aumento de siete puntos respecto al mes anterior y el porcentaje más alto registrado en los últimos diez años. Este guarismo ahora empata con el desempleo como el mayor problema percibido por la población.
La preocupación no solo es intensa, sino también persistente. A pesar de una leve mejora en los indicadores económicos, la sensación de malestar social sigue muy presente. Un 33% de los argentinos reconoce que la situación económica local ha mejorado, un avance notable frente al escaso 16% que opinaba lo mismo en mayo de 2024. Sin embargo, el 67% todavía califica como “mala” la situación económica actual del país.
Crimen, inflación y educación: otras sombras del presente
El crimen y la violencia se ubican como la tercera gran preocupación para los argentinos, con un crecimiento interanual significativo que revela el impacto creciente de la inseguridad en la agenda ciudadana. Le siguen la inflación -que bajó 11 puntos respecto al año pasado- y la educación, que descendió 6 puntos pero sigue siendo un tema altamente sensible: Argentina es, de hecho, el país más preocupado del mundo por la educación, duplicando el promedio del resto de los países encuestados.
En contraste, temas como el cambio climático, el extremismo político, los conflictos militares o incluso el mantenimiento de programas sociales no aparecen en el radar de los argentinos. En ese aspecto, la opinión pública nacional se distancia del promedio global, donde esas problemáticas tienen un mayor peso.
¿Optimismo o resignación?
Un dato llamativo del informe es la polarización en la percepción sobre el rumbo del país. El 56% de los encuestados cree que Argentina avanza en la dirección correcta, mientras que un 44% considera que el camino elegido es equivocado. Esta brecha refleja un escenario social ambivalente: si bien hay una porción importante de la ciudadanía que reconoce señales de mejora, las preocupaciones estructurales siguen marcando la agenda diaria.
Una mirada regional y global
El estudio, que abarca 29 países y más de 20.000 personas consultadas a través del Panel en Línea de Ipsos, ofrece insights profundos sobre las tendencias de preocupación social a nivel global. A nivel mundial, el 36% de los encuestados describe la situación económica en su país como “buena”, una cifra levemente inferior a la del mes anterior. En comparación, Argentina muestra signos de mejoría pero con una brecha significativa entre percepción y realidad.
Las principales inquietudes globales -inflación, delincuencia y violencia- también tienen eco en América Latina, aunque con matices. En países como Brasil, México o Chile, la preocupación por la inseguridad se ubica por encima de la desigualdad, mientras que en Argentina esta última se impone con fuerza.
Conclusión: alerta encendida
El informe de Ipsos confirma que, pese a algunas señales de recuperación económica, el malestar social en Argentina se mantiene alto. La desigualdad y la pobreza no solo persisten, sino que ganan centralidad en el imaginario colectivo. Lejos de anestesiarse, la sociedad argentina parece estar más atenta y exigente que nunca.
Y en tiempos donde el termómetro social es tan relevante como el económico, los datos revelan una ciudadanía que no se resigna: alerta, crítica y profundamente consciente de sus desigualdades.