inicia sesión o regístrate.
Salvador Ragusa lleva en su ADN una pizca de Gimnasia y Tiro, sin lugar a dudas. Lo dirigió en cinco oportunidades, con aciertos, sinsabores y un ascenso después de 14 años. Reconoce a viva voz y sin sonrojarse que el albo es uno de sus dos amores del norte -junto a Gimnasia de Jujuy- y el sentido de pertenencia hacia la celeste y blanca convierten a la Vicente López en su segunda casa, sin dobleces ni demagogias.
Sin embargo, la paradoja y el destino pondrán el domingo al Profe en la vereda opuesta, cuando su Central Córdoba, el escolta de la zona Norte, visite al flamante líder en el Gigante del Norte. En diálogo con El Tribuno, el DT recordó sus momentos en el albo y palpitó el duelo que se viene. “Llegué a Central Córdoba convencido por un proyecto. Acá en Santiago del Estero hay jugadores para hacer dulce”, contó Ragusa, para luego referirse a las sensaciones de enfrentar al albo por segunda vez en su carrera (la primera había sido un empate 1-1 cuando él dirigía a San Martín de Mendoza).
“Gimnasia es mi casa, en todo sentido. Le tengo un gran cariño a la gente, a los directivos, con los cuales tengo una excelente relación. Ellos no me deben ni una moneda. Aun si me debieran, al cariño no lo cambio. Hay dos clubes en los cuales no firmo contrato porque tengo un sentido de pertenencia, y uno de ellos es Gimnasia”, confesó el experimentado estratega, quien reconoció que de ninguna manera le sorprende el buen momento del albo. “Yo veía que estaba armando un equipo muy sólido desde atrás. Y además de los monstruos de ataque lo tiene a Ceballos, a Sáez, y a los juveniles Ivo Chaves, Esteban Burgos y Rubén Villarreal. Si bien yo forjé a esos chicos, Riggio les dio continuidad y eso es valedero. Y los dirigentes continuaron un proyecto”, ponderó el DT.
Ragusa dijo que no se imagina cómo lo recibirá la gente de Gimnasia el domingo. “Que me reciban de la manera en que lo sientan. El hincha de Gimnasia todavía me demuestra su cariño. Siempre traté de construir. Me fue mal o bien, pero Salta me dio un sentido de pertenencia, es mi hábitat. Y tengo una pena muy honda, porque hubiese preferido no enfrentarlo. Soy un profesional, pero jamás le gritaría un gol a este club”.
Por último, Ragusa dejó el romanticismo de lado y advirtió que saldrá a ganar en el Gigante. “Yo tengo una manera de jugar y lo saben todos. Pero no tengo la fórmula para ganarle a Gimnasia. Si la tuviera, estaría lleno de plata”, concluyó.