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Un niño de 4 años con leucemia fue sometido a un trasplante de médula ósea tras una ablación practicada a su hermano, de 3, en el Hospital Sor María Ludovica de la ciudad bonaerense de La Plata, y se recupera en forma favorable.
El ministerio de Salud provincial reportó que la doble intervención se hizo hace cuatro meses y destacó que el niño trasplantado “comenzó hace pocos días a dejar de usar barbijo para salir de su casa”, en la ciudad de Laprida.
El niño, que tenía 4 años cuando fue intervenido, sufría de leucemia linfoblástica aguda y los especialistas del hospital consideraron la posibilidad de un trasplante al conocer que tenía un hermano y para evitar recaídas de la enfermedad en el futuro.
La cartera sanitaria explicó, en ese sentido, que el 30 por ciento de los niños con ese tipo de leucemia vuelve a sufrir la enfermedad y en forma más grave.
La leucemia es el cáncer más común en la primera infancia, mientras entre 3 y 4 de cada 100.000 niños desarrolla un tipo agudo de esta enfermedad.
El trasplante del niño constituye uno de los 210 de médula ósea realizados en el sistema de salud público de la provincia de Buenos Aires y uno de los 100 que se hizo con donante relacionado.
La leucemia infantil presenta “un pico de casos entre los 4 y los 6 años”, manifestó el ministerio bonaerense en un informe. En ese sentido, sostuvo que “las posibilidades de sobrevida sin recaídas son del 70 por ciento para la leucemia linfoblástica y del 45 por ciento para la leucemia mieloblástica”.
La especialista del Hospital de Niños, Alcira Fynn, afirmó que “aproximadamente el 75 por ciento de las leucemias linfoblásticas y el 40 por ciento de la leucemias mieloblásticas andan muy bien sin necesidad de un trasplante” y dijo que “el trasplante se reserva para los casos en que fracasa la quimioterapia de primera línea”.
En el caso del niño trasplantado, expresó el ministerio, la práctica se hizo “para lograr una cura definitiva”.
La madre del niño sostuvo que la llamaron “los médicos para ver si queríamos hacer un trasplante” y agregó: “Le explicamos al hermanito que se iba a internar para curar a su hermano. Estaba contento. No podés llevarlo con mentiras”.
La mujer afirmó que “ya hace cuatro meses” el niño, que ahora tiene 5 año,s fue trasplantado y “todavía sigue con los controles en el hospital y comenzó hace pocos días a dejar de usar barbijo para salir de su casa”.
El caso de Faustino comenzó con moretones en el cuerpo que su mamá, Mariana Torriani, asoció naturalmente a los juegos del nene en el campo. Pero cuando vio que los hematomas quedaban colorados y no se oscurecían, y detectó la presencia de una fiebre leve pero persistente, comenzó a preocuparse.
Entonces llevó a Faustino al pediatra. La doctora dijo que el nene debía estar incubando una gripe, pero Mariana no se quedó tranquila y le pidió una orden para hacer un análisis de sangre. Dos días después estaba internado en el hospital de Niños de La Plata.
Este tipo de enfermedad en la sangre no es común, pero representa el 50 por ciento de los cánceres en la infancia y se sabe que de 3 a 4 niños (menores de 15 años) por cada 100.000 desarrollarán un tipo agudo de leucemia. No hace muchos años atrás los casos de leucemias infantiles que no lograban curarse con un tratamiento de quimioterapia eran derivados para trasplante en el exterior. Actualmente la provincia de Buenos Aires lleva 210 trasplantes de médula ósea en niños.
La historia de Faustino
Faustino llegó al hospital provincial Sor María Ludovica en noviembre de 2011. Esa misma semana comenzaba con un tratamiento de quimioterapia y la familia entera se mudaba a La Plata. Las sesiones se realizaron desde noviembre a abril de este año y durante todo ese tiempo la familia vivió en un departamento alquilado, a cuatro cuadras del hospital.
“Nunca estuvo decaiducho, siempre tenía ganas de jugar, lo más difícil fue hacerle entender que tenía que quedarse en el departamento, no podía salir porque sus defensas estaban muy bajas”, recuerda hoy Mariana, su mamá.
El nene sufría una leucemia linfoblástica aguda y el equipo médico del hospital decidió que al tener un hermanito, probablemente compatible, lo mejor era apostar por un trasplante para evitar una recaída en el futuro.
Aproximadamente un 30 por ciento de los niños con este tipo de leucemia vuelven a sufrir la enfermedad y en forma aún más grave. Resultó ser que Benjamín sí era compatible y se puso fecha al trasplante: 19 de junio de 2012. “Es una bendición. Mis hijos ahora hacen una vida normal”, dijo Mariana Torriani con una gran sonrisa, al ver a su hijo hacer una vida normal a partir de hoy.