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Barack Obama llegó a la Casa Blanca despertando una ola de esperanza y su lema “Si podemos” se convirtió en un símbolo tras los ocho años del republicano George W. Bush. Cuatro año después, gigantesca crisis financiera mediante, su gestión deja luces y sombras.
Cumplió su promesa electoral de aprobar una reforma sanitaria que incluyó a 40 millones de personas en el sistema de salud, pero aun no logró el crecimiento económico que los estadounidenses demandan en medio de la crisis, quizás el asunto que más preocupa hoy.
Uno de sus principales cometidos fue la reducción del desempleo. Y su administración afirma que logró reducir las cifras a la mitad. En 2009, Obama tomó la decisión, políticamente impopular, de extender préstamos a la industria automotriz, con el fin de salvar más de un millón de puestos de trabajo. Pero la mayor recesión desde la Segunda Guerra impidió que el país crezca y sólo se recuperó la mitad de los 9 millones de empleos perdidos entre 2007 y 2009.
En 2010, el mandatario firmó la reforma financiera, la más intervencionista en Wall Street en 70 años, lo que lo enfrentó con los empresarios. La ley recorta la capacidad de los bancos de hacer inversiones de riesgo, otorga mayores poderes a las autoridades para actuar en una financiera, impone mayores controles sobre los créditos hipotecarios y reduce el margen que las empresas tenían para imponer tasas en las tarjetas.
En política exterior, Obama terminó con la guerra de Irak, retirará las tropas de Afganistán en 2014 y consiguió firmar con Rusia un nuevo acuerdo para reducir el número de armas nucleares. Pero una de las primeras medidas que tomó al llegar a la presidencia, el cierre Guantánamo, sigue todavía sin concretarse. Su mayor logro en el intento de cerrar la herida del 11-S, fue la eliminación de Osama bin Laden.
Entre las cuestiones pendientes está la reforma migratoria, ansiada por 12 millones de indocumentados. Por eso, en junio anunció que se suspende la deportación de indocumentados de hasta 30 años que llegaron al país cuando eran menores, lo que beneficiará a 800.000 personas.