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Un hábil estafador identificado como Javier Larrea, con domicilio comercial en la avenida Felipe Varela 1211, del barrio Norte Grande de esta capital, fue detenido por personal de la Brigada de Investigaciones, luego de que decenas de personas denunciaran oportunamente haber sido timadas por el sujeto. El estafador había creado una empresa virtual, de existencia solo en folletos y fotografías trucadas.
En los pueblos del interior obtuvo autorizaciones para comercializar de los propios intendentes.
Paso seguido, Larrea contrataba promotores, quienes mediante una colorida folletería con imágenes de modernos y atractivos electrodomésticos y muebles en general, lograron solo en Coronel Moldes unos 100 clientes, quienes entregaron a modo de anticipo sumas cercanas a los mil y dos mil pesos. Luego de operar un par de meses y cuando debía entregar los bienes a los clientes, Larrea comenzó con las evasivas. “Un par de cuotitas más y traigo el camión para repartir todos los bienes de una sola vez”, les dijo. Sin embargo, Rosa Espinoza, comenzó a dudar del sujeto y de sus promotores. La mujer, quien cuida a una persona ciega, se dirigió entonces a esta capital y halló en el lugar donde debía funcionar la distribuidora de electrodomésticos, una sandwichería que estaba cerrada por falta de clientes. Al preguntar por Larrea, comenzaron otra vez las evasivas.
Espinoza se dirigió a la Brigada de Investigaciones, pero antes de llegar fue abordada por el timador Larrea, quien le prometió entregar la heladera a la persona ciega, pero la mujer no aceptó el trato y denunció al sujeto. Entre los estafados entrevistados por El Tribuno están el peluquero del pueblo, Santiago Segovia, quien entregó $2.000; una mucama de un hotel, Mirta Susana Alvarez; la preceptora Elizabeth Tolaba, quien dio $700 por un juego de dormitorio para ella y su futuro esposo; Alicia Arias, quien no tenía dinero y le entregó a Larrea una moto 110 cc; Mirta Vargas (hace tortas por encargo) le dio todo su capital de trabajo por una heladera exhibidora; la vendedora de hielo, mojarras y uncas, Rosa Espinoza; la verdulera Sonia Vigabriel; un hombre ciego que reside en el pueblo y otros tantas personas de Coronel Moldes.