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El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, aseguró ayer que el Gobierno no busca “cosas raras” con su ofensiva contra YPF ni está trabajando en una eventual nacionalización de la petrolera, sino que pretende que “produzca más”. Abal Medina remarcó que el país “necesita que salga petróleo” de sus reservas de hidrocarburos y producir energía, tras haber tenido que importar casi 9.400 millones de dólares en combustibles y lubricantes en el 2011, debido a una caída en las operaciones de las empresas del sector.
“Acá hay una discusión que a veces se busca enturbiar”, dijo el funcionario, y agregó: “El Gobierno nacional, como los gobiernos de las provincias, simplemente lo que quieren, lo que estamos buscando, es que haya producción”. En declaraciones a radio Continental, dijo que “nadie está hablando de cosas raras, nadie está hablando de ninguna idea, como circulan diversas ideas en los medios”, en referencia a la posibilidad de que YPF regrese a manos estatales, tras haber sido privatizada en la década del 90. Abal Medina insistió en que lo único que pretende la administración que lidera Cristina Kirchner es que las riquezas que posee el país en sus reservas de hidrocarburos, y que son “de todos los argentinos”, “salgan para afuera” (de los yacimientos) y “se usen para el desarrollo” de la Nación. Consultado sobre si las presiones del Gobierno hacia YPF son parte de un proceso que apunta a la nacionalización de la compañía, el funcionario respondió: “No, básicamente estamos yendo hacia una idea de que tienen que cumplir lo que están comprometidos a hacer”.
“Lo que tienen que hacer como una empresa es producir”, indicó Abal Medina, y aclaró: “Nada del otro mundo, nada excesivamente extraño en este caso”. El jefe de Gabinete se expresó en estos términos después de que los gobiernos de Santa Cruz, Chubut y Neuquén le quitaran áreas de explotación a YPF, alegando una presunta falta de inversión de la compañía, al tiempo que Mendoza podría tomar una decisión similar esta semana. Las tres provincias resolvieron la caducidad de contratos de concesión firmados con la petrolera, como parte de una ofensiva del Gobierno nacional contra la petrolera que, de acuerdo con analistas del sector, podría significar el primer paso hacia una eventual estatización de la compañía. Tras su privatización, YPF es controlada por la firma Repsol de España (desde 1999) y entre sus principales accionistas figura también a la familia Esquenazi de Argentina. “Nosotros lo hemos dicho una y otra vez, YPF es básicamente una empresa argentina que tiene un socio en términos mayoritarios accionarios, la española Repsol, pero que sigue siendo una empresa argentina”, expresó.