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La escalada de tensión parece recién estar comenzando. Ante la decisión del Gobierno nacional de expropiar el 51% de YPF-Repsol, el disgusto del Gobierno y empresarios españoles no se disimuló y ahora anunciaron una medida en represalia a la decisión de la Casa Rosada: frenar la compra de biodiésel argentino. Ante esta situación, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió ayer “tranquilidad”, y advirtió que el país tiene la suficiente capacidad para absorber la demanda necesaria.
El Gobierno de España, a través de su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, aprobó ayer una “orden” por la cual se frena el ingreso de las exportaciones de biodiésel procedentes de la Argentina. En conferencia de prensa, la segunda de Mariano Rajoy reiteró los conceptos tajantes y duros que vienen afirmando altos funcionarios españoles y empresarios contra el país, en lo que refiere a la decisión sobre YPF. Sáenz señaló que “va en contra de sus propios intereses y de su propia reputación”, y anticipó que así como “se ha hecho un importante despliegue” para revertirla, se buscará que “en otros ámbitos internacionales se trabaje en un sentido similar”.
En esta escalada de tensión, la primera mandataria no tardó en responderle a sus pares españoles y pidió “tranquilidad” a los argentinos. “La Argentina está produciendo biodiesel por 3 millones de toneladas, de las cuales 800 mil toneladas se utilizan aquí, 400 mil se vendan a España y 1.600 al resto de Europa”, repasó la jefa de Estado de la Nación. A su vez, en tono irónico, Cristina Fernández dijo: “Si quieren pagar más caro el biocombustible, no lo vamos a cuestionar”. Cabe destacar que la Argentina es el principal proveedor de biodiésel al país ibérico: el año pasado envío 720.000 toneladas, casi la mitad de las 1,6 millones que importó Madrid a nivel global, lo que generó operaciones por 985 millones de dólares, equivalentes al 34 por ciento de las ventas de Buenos Aires a Madrid en 2011.
Según trascendidos, la medida que ahora impulsa el país europeo se había estudiado en mayo del año pasado, pero quedó sin efecto luego de que la objetara la Cancillería argentina, en coordinación con los ministerios de Planificación Federal y de Agricultura.
Otra medida contra Argentina
Pero la medida que perjudicaría la economía nacional no viene sola. Es que el Parlamento Europeo (PE) instó ayer a la Unión Europea que suspenda parcialmente los beneficios que concede a Argentina en materia comercial, en otra respuesta a la decisión adoptada por el Gobierno argentino.
Los eurodiputados aprobaron la resolución que pide a la Comisión y al Consejo de la UE que analicen opciones como la “posible suspensión parcial” de Argentina del sistema generalizado de preferencias (SGP), del que se benefician las exportaciones de ese país para entrar al mercado comunitario.
Preocupante sería dicha medida, ya que, de acuerdo a lo publicado por el periódico español El País, alrededor del 27% del total de las exportaciones argentinas al bloque europeo se benefician con este tipo de ventajas comerciales.
En este sentido, se verían afectados los productos como el biodiésel, el aceite de soja, de semilla de girasol, camarones, filetes de merluza congelados, jugo de limón, tabaco, mandarinas y uvas, entre otros productos y alimentos.
España ante la UE
España expondrá a la UE, el lunes, las medidas que tomará contra la Argentina por la expropiación de YPF. Según destacaron diversos medios españoles, los veintisiete ministros de Exteriores de la Unión Europea no tienen previsto tomar ningún tipo de decisión al respecto en esa reunión.
En este marco es que las expectativas están puestas en que se comience a estudiar el asunto en profundidad, pese a que el debate del tema sea muy limitado.
El biodiésel encabeza
España importó biodiésel de Argentina durante 2011 por un valor de 700 millones de euros (unos 920 millones de dólares), lo que supuso en la práctica casi la totalidad de los 706 millones de euros en productos químicos que entraron desde Argentina, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio. El sector químico es la principal área de importación de Argentina, seguida por los productos hortofrutícolas.