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El argumento nacional. Según el embajador argentino en EEUU, Argentina decidió expropiar la petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) para evitar una crisis energética en el país derivada de la dependencia de la importación de crudo.
En un artículo publicado ayer en el periódico económico británico “Financial Times” (FT), Agüero argumenta la posición del Gobierno argentino para decidir la nacionalización de YPF, que había sido privatizada en 1999 y adquirida por la española Repsol.
Según el diplomático, el Gobierno de Cristina Fernández consideró que la medida era necesaria ante la cada vez mayor dependencia del país en la importación de energía por la negativa de Repsol a invertir en una nueva exploración en Argentina. De no haberse tomado esta medida hubiera supuesto una traición al pueblo argentino, al que el Gobierno le había prometido hacer lo posible por conseguir una autosuficiencia energética, dijo Argüello.
El embajador explicó que desde 2003 Argentina ha conseguido una expansión económica similar a países como India y China, al tiempo que bajó la pobreza y aumentó el empleo, pero ese crecimiento -agrega- se veía amenazado por escasez de carburante.
“Desde que Repsol compró YPF, la producción de crudo bajó un 54%. Los argentinos han visto un aumento del nivel de vida, pero nosotros afrontábamos la amenaza de daños económicos”, admitió. Según el embajador, había un conflicto de intereses entre el principal accionista, Repsol, y los objetivos del país.
“Mientras el beneficio neto de YPF entre 1997-2011 fue de 16.600 millones de dólares, 14.200 millones de dólares fueron a los inversores en forma de dividendos y, en ese mismo período, nuevas reservas de petróleo en Argentina quedaron prácticamente sin explotar”, argumentó el representante argentino.
Con participación de privados
En la nota publicada ayer por el matutino británico, el diplomático argentino admitió que “YPF seguirá siendo una empresa con participación privada. Argentina está abierta a nuevas inversiones extranjeras en YPF, mientras que la inversión conduzca a la expansión de producción de petróleo y gas y no únicamente a la transferencia de las ganancias para pagar dividendos”.
Según Argüello, Cristina Fernández de Kirchner afirmó apropiadamente: “No tenemos problema con la obtención de beneficios de una empresa pero sí queremos que se reinviertan en el país”.
De esta manera, el embajador dio una fuerte señal de que el Gobierno nacional buscará nuevos socios para YPF.