inicia sesión o regístrate.
A lo largo y ancho del país, los hinchas de River pudieron liberar los nervios contenidos, gritar campeón y festejar el regreso a la Primera División del fútbol argentino. En Salta, la movida millonaria no pasó desapercibida y se sumo al contingente nacional para, al unísono, celebrar que son de la A.
La plaza 9 de Julio fue de nuevo el punto de encuentro para los seguidores de la banda roja que, una vez obtenido el ascenso y el título de campeón de la B Nacional, fueron llegando de a pocos para constituir una masa de gente compuesta por unos 300 hinchas.
Las emociones se apoderaron en más de un alma, las lágrimas no pudieron contenerse en algunos rostros y la algarabía colectiva fue el denominador común en la mítica plaza salteña donde los fanáticos no se cansaron de dar vueltas y repetir los distintos cánticos a favor de su equipo y en contra de su eterno rival.
En un día histórico para la institución de Núñez, parte del pueblo salteño vivió con el mismo nerviosismo que en cada rincón del país el 2 a 0 sobre Almirante Brown. Atentos y siguiendo cada una de las transmisiones en el resto de las canchas, cada acción ofensiva y defensiva de River se vivió con máxima tensión. Estado -el de un cuerpo sometido a acciones contraídas- que se empezó a romper con el primer gol.
Pasaron los 45 iniciales, unos minutos del segundo tiempo y el primer grito de gol llegó a través David Trezeguet. Se empezaba a romper el maleficio, atrás iba quedando la pesadilla para dar lugar a un nuevo sueño. Algunos trapos se convirtieron en pañuelos. Luego llegó el penal fallado y después la frutilla del postre, el segundo gol del gran David, y a festejar. River es de primera