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Luego de que se descubriera el origen de la intoxicación que sufrieran tres perros en la vía pública ayer en Villa Soledad, intervino la comisaría Novena de esa barriada y se le dio intervención a la Fiscalía 3, desde donde se ordenó dilucidar el procedimiento mediante el cual se esparcieron las toxinas cerca de la escuela primaria 25 de Mayo.
Posteriormente, se retiró el cadáver del animal antes de la salida de los niños del establecimiento y un camión de Bomberos limpió la zona con una poderosa manguera.
“Este hecho es mucho más común de lo que se puede esperar. Regularmente aparecen perros envenenados en diferentes lugares de la ciudad. No son hechos casuales sino intencionales y muy racionalizados, no se trata de una mente enferma. Mucha gente comenzó a narrar hechos similares pero que no fueron denunciados a la Policía”, señaló el subcomisario Marcelo Choque, veterinario de la Policía, a cargo de la necropcia ordenada por la fiscalía. El profesional destacó que estudió a los cadáveres de dos animales, uno de ellos callejero. “Aunque la sintomatología (legua cianótica, espuma en la boca, contracción muscular) evidenciaba la existencia de un fuerte tóxico con la probabilidad de que se tratase de un órgano fosforado. Ambos animales se encontraban en buen estado, pero los síntomas se fueron acentuando, hasta que a los quince minutos murieron”, dijo Choque.
El profesional llevó a cabo los estudios pertinentes en el laboratorio de la Universidad Católica, junto al veterinario Sergio David Perri, de la cátedra de Anatomía Básica.
La ley de protección animal 14346 prevé una serie de medidas tendientes a reprimir este tipo de acciones contra la vida animal y sobre esas normas se basó el pedido de la fiscalía. “Aparte de los animales, existe una amenaza evidente a la salud pública. En los quince años que llevo como veterinario de la Policía he visto muchos casos de envenenamiento de perros. Por una parte, hay vecinos que suponen que de esta manera terrible terminan con el problema. Pero existe otro porcentaje de envenenamientos de animales, que tienen fines delictivos. En algunos casos hay un envenenamiento y automáticamente al otro día se registran robos. En el campo es más común ya que los fosforados son de más fácil acceso. En general, al otro día roban en el lugar donde había estado el animal”, dijo Choque a El Tribuno. El maltrato animal y sus fines delictivos, son comunes para la Policía.