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Pasó de una concesionaria de autos a ser un multimillonario empresario polirrubros. De radical a peronista, hoy kirchnerista. De legislador provincial a un eterno mandato como gobernador de Tucumán. El es José Jorge Alperovich.
Su padre León llegó en 1948 al jardín del país. Sus comienzos como sastre fueron difíciles, pero a fuerza de sacrificios dio origen a una concesionaria de autos que tiempo después diversificó su oferta más allá de los vehículos, según lo escrito por José Sbrocco y Nicolas Balinotti en el “Zar Tucumano”.
Ese imperio económico que León supo amasar, hoy es controlado por uno de sus hijos, José, el gobernador, quien es la cara visible e hizo crecer en manera desmedida su patrimonio familiar desde que está al frente del Gobierno tucumano.
Contador público de profesión se casó con Beatriz Rojkés a los 22 años. Con el correr del tiempo supieron construir un potente comando, político y económico, con ramificaciones que no encuentran límite alguno.
Pese a que su padre consideraba a la política como una práctica “irremediablemente deshonesta” en los noventa, Alperovich inició su carrera como legislador provincial por la UCR en 1995, y en 1999 aceptó ser ministro de Economía de la provincia, comandada entonces por el polémico Julio Miranda. La crisis política de 2001 aceleró el alejamiento de Alperovich del radicalismo, tras lo cual se afilió al Partido Justicialista. Bendecido por el expresidente Eduardo Duhalde, alcanzó la gobernación en la provincia.
Rústico en sus declaraciones y con numerosas denuncias de clientelismo político en su provincia, ahí es donde comenzó su ascenso meteórico. Y Beatriz no tuvo más remedio que incorporarse en la política. En 2005 fue electa diputada nacional y se convirtió además en la jefa del PJ provincial. Hoy, es senadora nacional y quedó segunda en la línea de sucesión presidencial.
Su carrera política no conoce de derrotas. Fue reelecto gobernador en 2007 y en 2011 con una diferencia apabullante. En medio se convirtió en multimillonario empresario polirrubros y su familia ocupa cargos claves en la provincia y la Nación.
Tucumán, en rojo pese a la bonanza fiscal
Tucumán subsiste. Pese a los más de ocho años de bonanza fiscal, los años más dulces de su historia, Tucumán no sabe de grandes transformaciones ni avances sociales.
José Alperovich presentó como la “frutilla” de su gestión la construcción del lujosísimo Poder Legislativo, donde con una mayoría abrumadora se aprueban grandes negocios que favorecen a familiares y amigos del clan Alperovich-Rojkés.
“Si se suma la plata que manejó el gobernador en una década de gobierno, supera los 60 mil millones de pesos. Pese a esto, duplicó la deuda pública e incrementó notablemente los impuestos”, advirtió en diálogo con El Tribuno el senador nacional tucumano José Cano.
Según datos oficiales provenientes del Ministerio de Economía de la Nación, la deuda pública de Tucumán, con la flotante y del interior, sobrepasa hoy los $ 8.000 millones de pesos.
Notable es que en estos años de gestión el mandatario tucumano no se caracterizó por ser un gran administrador. El desmedido gasto público, los oscuros negocios y el excesivo nepotismo son un sello que caracteriza la conducción alperovichista.
La enorme deuda social
En este marco, pese a que la gestión del actual gobierno se caracterizó por la pavimentación de calles y algunas obras aisladas, la deuda social también creció.
“El Gobierno reconoció que existen 7.500 niños en situación de desnutrición, y en realidad no debería haber ninguno en esa situación. Además, es preciso tener en cuenta que Tucumán es una provincia territorialmente chica. Si el sistema de salud funcionara como corresponde debería haber un relevamiento absoluto de todas las familias vulnerables. En este sentido, las cifras que manejan las organizaciones que no responden al Gobierno superarían los 20 mil chicos”, denunció el radical Cano.
En lo que concierne a la situación habitacional, según un estudio realizado por la Universidad Católica, los hogares ubicados en el Gran San Miguel y Tafí Viejo presentan altas probabilidades de tener viviendas inapropiadas (17,2%) y hacinamiento (13,3%).
Lo propio ocurre con el nivel educativo del jefe de hogar, pues aproximadamente tres veces más de posibilidades tiene un hogar con jefe que no alcanzó a finalizar los estudios secundarios de tener vivienda inapropiada o hacinamiento que el que sí lo hizo. En este marco, se resalta que la tenencia irregular es del 12,1% de los hogares.
El peso de los planes sociales
Tal como intenta hacer pasar Alperovich, Tucumán no es un paraíso laboral. Es que si bien las estadísticas oficiales marcan un bajo porcentaje en desocupación (cercano al 3,3%) es elevadísima la cantidad de planes sociales en la Provincia. Algunos hablan de 300 mil. Otros dicen que alcanzan los 380 mil. Obviamente repartidos con un criterio sumamente discrecional, con el solo afán de ganar adhesiones.
Es así que la subocupación se enmascara en trabajo genuino cuando no lo es. La falta de trabajo en blanco se ve reflejado en los salarios. De esta manera, la UCA sostiene que son los varones quienes se encuentran mejor remunerados que las mujeres (1.945,1 contra 1.459,7 pesos). Remuneraciones que se mantienen muy por debajo de la canasta básica familiar.
Mientras que se profundiza el descontento social, el clan Alperovich-Rojkés sigue amasando su riqueza. La senadora nacional es una de las políticas más ricas del país: en 2010 declaró una fortuna de $ 20.627.274. Curiosamente, Rojkés de Alperovich omitió los datos patrimoniales de su marido, dueño de un entramado de empresas propias, con familiares y amigos, hasta el momento sin techo alguno.