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El conflicto en el ingenio El Tabacal parece no tener salida. Es por eso que la Iglesia de Orán mostró hoy su preocupación. El obispo Marcelo Daniel Colombo emitió un comunicado, en donde se puso a disposición de las partes para que no se corte el diálogo.
“Nuestra Iglesia de la Nueva Orán ha venido acompañando de cerca las distintas situaciones planteadas, a través de nuestra Vicaría de Pastoral Social. Como Obispo me pongo a total disposición de las partes para buscar juntos lo mejor para nuestra gente”, señala el comunicado.
Y continúa: “Invito a las autoridades del ingenio y a los representantes sindicales, a no bajar los brazos en el intento de establecer canales sólidos de comunicación. La negociación nunca puede aparecer como la rendición de uno u otro sector, sino la posibilidad creativa para saltar vallas y fijar términos razonables de acuerdo. En esta línea, ciertamente debe verse la conciliación obligatoria, medida provisional de naturaleza jurídico laboral, dictada por el Estado para sentar a las partes a negociar”.
Colombo invitó a “los dirigentes políticos a ofrecer cada uno, no obstante su distinta procedencia partidaria, una visión superadora del conflicto, ya que verdaderamente nadie puede sacar partido de este conflicto, hoy a las 20.30 en la catedral”.
La nota tiene un tono de mucha preocupación. “La comunidad de nuestro departamento Orán atraviesa dolorosas circunstancias que ponen en riesgo la vida, el trabajo y el futuro de los habitantes de nuestras comunidades. El conflicto planteado entre el Ingenio San Martín del Tabacal y los representantes sindicales de los trabajadores, han llevado a una situación de muy difícil pronóstico, si no me asistiera la íntima convicción de que el diálogo es capaz de superar todo conflicto y poner las cosas en su camino de solución”.
En otro de los párrafos, el Obispo realiza una descripción de la situación en el norte salteño. “No me toca entrar en los pormenores descriptivos de la crisis pero entre sus consecuencias está el corte de la ruta 50 que aísla dramáticamente a Yrigoyen y Orán, del resto de la provincia, y con el aislamiento, la falta de adecuada provisión de alimentos, la no circulación de bienes y servicios, y la tensión creciente que genera angustia y malestar. La crisis que se vive nos deja rehenes y sin posibilidad de incidir, salvo poniendo nuestro propio granito de arena por la paz social, el restablecimiento de los canales de diálogos virtualmente paralizados y mucha prudencia para no incurrir en excesos que desborden el vaso, a este punto, demasiado lleno”.