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Si bien los fieles católicos de General Güemes celebraron a su patrona Santa Rosa de Lima en una multitudinaria fiesta, el conflicto entre feriantes jujeños y el municipio no cesó ni en la jornada de procesión, el jueves pasado.
La feria, de procedencia jujeña, es tradicional en agosto desde hace unos diez años, con puestos de productos de todo tipo y fondas para venta de comida.
Pero este año la situación llegó a un fuerte cruce de palabras entre los vecinos y unos 400 vendedores que ocuparon sus veredas, sumado a la falta de higiene y entorpecimiento del tránsito.
El conflicto obligó a la comuna a trasladarlos hacia un predio donde no hay viviendas, por lo que los vendedores se enfrentaron con el intendente Daniel Segura, a quien le ganaron la pelea y los ubicó en la calle Cornejo sin luz ni limpieza de los baños químicos.
Por los reclamos, el intendente perdió la línea y expresó su deseo de que “no regresen nunca más. El Concejo Deliberante debería hacer una ordenanza que prohíba la instalación de puestos de venta de personas que sean de otros lugares, para que no regresen nunca más y los comerciantes locales puedan vender para esta fecha”. Y fue más allá al señalar que “lo que pagan de piso solo alcanza para lo que ellos consumen, no nos dejan nada, la plata de las ventas se la llevan afuera y encima nos exigen de todo”. Y presionó a los concejales gemenses para que trabajen en una ordenanza que proteja a los vendedores locales, “tal como ocurre en Perico, donde no nos dejan entrar para vender”, señaló.