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Hace una semana casi nadie hablaba de eso, pero probablemente en un mes ya sea ley. La celeridad arrolladora con la que manejó el kirchnerismo la apertura del voto a partir de los 16 años, sumado a la notable capacidad de instalación del tema en la opinión pública, mostraron con una inusitada crudeza que el oficialismo tiene todo lo que le falta a la oposición.
Rapidez decisoria, cambio radical de la agenda de debate que le incomoda, monolítico encolumnamiento y firmeza para avanzar en los asuntos que lo favorecen, repartiendo en partes iguales los costos políticos con sus adversarios. Nada de eso aparece en las filas del antikirchnerismo, donde abundan las posiciones diversas y los liderazgos difusos.
Teniendo en cuenta la abrumadora mayoría kirchnerista en el Congreso, ¿qué candidato a diputado, senador, concejal, intendente, gobernador o presidente va a oponerse públicamente a que voten casi 1.400.000 personas cuando eso ya es un hecho consumado? Las opiniones favorables del gobernador Daniel Scioli, del FAP de Hermes Binner, de Horacio Rodríguez Larreta del macrismo y de muchos dirigentes radicales responden la pregunta: nadie que tenga aspiraciones electivas.
Todo indica que el kirchnerismo conseguirá un enorme respaldo político a la iniciativa, pese a ser un tema en donde los primeros y poco científicos sondeos de opinión que trascendieron no reflejan la misma unanimidad de pensamiento entre la gente común.
Aunque muchas veces parezcan perdidos, los líderes opositores no son ciegos: saben perfectamente que el voto desde los 16 está íntimamente vinculado a la reforma constitucional que se busca para después de las elecciones legislativas. En primer lugar, porque refuerza la teoría de que las leyes actuales están añejas y que deben sufrir modificaciones; clin caja para el discurso oficial. Pero también porque el Gobierno necesita superar el 40 por ciento de los votos para buscar un nuevo mandato de la Presidenta, y cree que ese electorado puede ser una gran ayuda para conseguirlo.
Todo el arco antikirchnerista, si bien apoyará el proyecto en su mayoría, está convencido de que esta es una iniciativa electoralista que solo beneficiará a Cristina. ¿A qué lo atribuyen? Básicamente a la entrega de las netbooks y a la creciente presencia de La Cámpora en las escuelas. Aunque también, por lo bajo, reconocen haber penetrado poco los últimos años entre esos nuevos votantes. “La Argentina tiene gravísimos problemas como la inflación, la seguridad y la pobreza, y aún así nos cuesta mucho llegar con nuestro discurso crítico a los jefes de las familias. Imaginate a sus hijos”. Palabras textuales de un alto líder opositor que pidió reserva de su identidad.
Datos a tener en cuenta
Hay mediciones que son interesantes de incorporar al debate. Se cree que si las elecciones serían optativas, en la Argentina habría un 50 por ciento de la gente que no sufragaría. ¿Cuáles son los sectores que más ausentes estarían de las urnas? “Los jóvenes y los pobres, porque piensan que gane quien gane su situación personal será inamovible”, reflexionaba ayer ante una consulta de El Tribuno el analista Jorge Giacobbe. Hasta ahora, nada se escuchó sobre cómo se incentivará y capacitará a esa gente para que vaya al cuarto oscuro y lleve adelante seriamente su decisión.
Contrariamente al ideario colectivo, son pocos los centros de estudiantes secundarios que conduce La Cámpora, y todos ellos son elegidos por voto directo. Sobre todo en Buenos Aires, donde existe una mayor polítización en los colegios, las agrupaciones de izquierda suelen pisar con bastante más fuerza.
¿Por qué pensar que los chicos de 16 años que viven en la pobreza e indigencia van a acompañar masivamente este modelo y no otro? Si la respuesta es clientelismo, se puede caer en una subestimación de los jóvenes, ya que eso es aplicable indistintamente a todas las franjas etarias de la sociedad. Se sabe: la lucha por la total transparencia de los actos eleccionarios sigue siendo una deuda pendiente de la Argentina en los últimos treinta años.
El cepo
La economía argentina se cierra día a día en sí misma. Eso para la mayoría de los economistas es grave, pero más grave es la forma en la que se lo está haciendo. En una admisión de que el dólar oficial ya no rige para casi nadie, el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, anunció el jueves que sufrirán un 15% de recargo las compras con tarjeta de crédito en el exterior. Sin embargo, 24 horas después eso se había extendido también a las de débito y a los consumos por internet. ¿Por qué escasear la información de esa manera si perjudica el poder de previsión de la gente? Otra vez, las desprolijas formas del Gobierno vuelven a tapar el fondo de una medida que, por sí misma, ya tenía un neto corte impopular.
Los datos
La lucha por la total transparencia de los actos eleccionarios sigue siendo una deuda pendiente de la Argentina en los últimos treinta años.
¿Qué candidato va a oponerse públicamente a que voten casi 1.400.000 personas cuando eso ya es un hecho consumado?
El Gobierno necesita superar el 40% para buscar un nuevo mandato de la Presidenta, y cree que ese electorado puede ser una gran ayuda.