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Las clases se reanudaron ayer para los estudiantes del establecimiento primario de Newtown, Connecticut, donde un hombre armado ingresó el mes pasado y mató a 20 niños y seis adultos antes de suicidarse en la segunda peor matanza en una escuela en la historia de Estados Unidos.
Con las instalaciones académicas aún consideradas escena del crimen por las autoridades, los más de 400 chicos de la escuela primaria tomaron clases en un centro reacondicionado en un pueblo vecino, que pasará a llamarse escuela primaria Sandy Hook para mantener la “identidad” del personal y de los estudiantes.
Los agentes de la Policía que vigilaban la nueva escuela la consideraron “la más segura en Estados Unidos”.
El distrito escolar indicó que los padres de familia que deseen estar cerca de sus hijos podrán acudir y permanecer en las aulas o en un auditorio durante el día.
Janet Robinson, directora de la primaria de Newtown, dijo que los agentes realizarían su mejor esfuerzo para hacer que los estudiantes se sientan seguros. “Tendremos un día normal”, dijo.
El agresor, Adam Lanza, había matado a su madre en su hogar en Newtown antes de dirigirse a la escuela. Lanza no tenía relación con la primaria y la policía no ha proporcionado detalles sobre un posible motivo de su ataque.
Un padre de familia, Vinny Alvarez, dijo no estar preocupado sobre el hecho de que su hija de ocho años regrese a clases. Agregó que a ella se le permitió llevar un animal de peluche a casa de la biblioteca de la escue la.
“Se siente un poco de temor, pero estamos muy emocionados por ella y vamos a tener muchos, muchos niños hoy”, dijo Alvarez. “El ambiente era muy alentador”.
Los pupitres, mochilas y otras pertenencias de los alumnos abandonadas en la escuela tras el ataque fueron llevadas a las nuevas instalaciones para que los niños no resintieran el cambio.
Varios carteles dando la bienvenida a los estudiantes fueron colocados a lo largo del camino hacia la nueva escuela, entre ellos uno que decía: “Oramos por ustedes”.
“Dura y crucial”
Además, padres y alumnos pudieron hacer una recorrida por el edificio y hasta el gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, se hizo presente y dialogó con empleados del establecimiento.
Como la directora murió en el ataque, la reemplazará su antecesora, que regresó de su jubilación. Según declararon algunos de los padres a la cadena NBC, la vuelta a clase es “dura y crucial”, pues los más pequeños quieren ver a sus maestros y compañeros y volver a su rutina.