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La tradición y la participación son dos de las principales virtudes que caracterizan al Biatlón de la Cumbre. Néstor Galián y Ramón Quintana lo vienen confirmando en cada una de las ediciones en las que son parte de la largada.
Compartiendo un hobby que los hace dejar todo por correr, ellos participan de la carrera desde hace más de 20 años y en el caso de don Néstor, desde la primera edición. “Participo desde la primera vez que se hizo y pase lo que pase siempre estoy aquí. No me siento viejo. Todos los días me levanto a las 6 de la mañana para salir a andar en bicicleta y correr. Siento una satisfacción muy grande y me gustaría ser ejemplo para la juventud”, aseguró Galián que con 70 años ayer se subió al primer lugar del podio (mayores de 70 años).
Con el recuerdo de los años que se organizaba el Biatlón de la Cumbre en La Merced, ellos no dejaron pasar los detalles y lo salteño ocupa un lugar muy importante. “No podemos dejar de participar porque es la prueba más salteña y tenemos que estar presente. Mi familia siempre me acompañó y me siento todavía un deportista. Son cosas que me incentivan a continuar ”, destacó don Ramón, quien con 76 años no aminora la marcha a la hora de ser parte también de las competencias nacionales para veteranos.
“Nos gustaría un poco más de reconocimiento porque es meritorio el esfuerzo que realizamos. No todos los de nuestra edad lo pueden hacer, y sentimos que muchas veces a nuestra categoría ya no le dan importancia”, expresaron con cierto pesar.
Debut con el máximo festejo femenino
El debut no siempre es con podio, pero para Delfina Alvarez lo fue. Ayer se adjudicó el mejor tiempo femenino en la carrera en la que participó por primera vez.
Surgida en las carreras de montaña o denominadas de “trail running”, Delfina cumplió la competencia en un tiempo de 1h33m12s. No sólo ganó la categoría sino que pospuso el festejo de Lorena Zambrano, quien venía ganando las dos últimas ediciones.
“Lo sentí como un desafío pero me tenía fe. Sabía que había buenas corredoras, pero las cosas se me dieron y me encantó ser parte de esta prueba. Ahora espero estar también en las competencias de pruebas combinadas que surjan entre las que el Triatlón me atrae mucho”, expresó Delfina Alvarez, quien con la camiseta de su grupo “trail” levantó el trofeo más buscado entre las mujeres. “Quiero dedicar este premio a mi mamá, Silvia, y a mi suegra, Cate”, agregó la atleta sin olvidar la celebración de ayer.
La copa Challenger femenina deberá esperar hasta otras ediciones, ya que Zambrano era la máxima candidata por tener dos campeonatos consecutivos, pero ayer no pudo obtener el tercero que necesitaba
El semillero presente
El semillero salteño de las pruebas combinadas tuvo ayer a Ignacio Aguilera y Benjamín Méndez como los mejores exponentes. En el caso de Aguilera se coronó con el primer lugar de juveniles y Méndez se ubicó en el segundo lugar de la categorías cadetes. Dos actuaciones destacadas para atletas que tomaron la posta en la disciplina y que hoy se presentan como las promesas del futuro.
“Es muy importante ganar esta carrera porque es la que más esperamos los salteños”, aseguraba Aguilera días antes, presagiando el buen momento que viviría en la 28§ edición.
Por su parte, Méndez, quien ayer debutó en el Biatlón de la Cumbre, aseguró: “Por ser la primera vez que participo estoy muy contento de mi resultado. No me ejerce presión para lo que viene pero sí ganas de seguir haciendo las cosas bien”.
La presencia juvenil estuvo representada con Enzo Peloc, de El Bordo, y Guillermo Pasayo, de Cafayate, quienes completaron el podio de cadetes
Desde Cachi y con amor
Ayer Tomás Zapana, el joven atleta de 19 años y oriundo de Cachi, cumplió el gran sueño de subirse a un podio “elite”, donde se corona nada menos que a la máxima categoría y se ubicó entre los tres mejores de la 28§ edición del Biatlón de la Cumbre.
“Es una gran emoción para mí. Es algo por lo que vengo luchando hace tiempo y me da mucha alegría y ganas de seguir trabajando”, expresó el cacheño, que integró el equipo Cachi Running Team con otros atletas de su pueblo.Con bicicleta prestada, pero con las ganas intactas, ayer Tomás comprobó que sí se puede y quiere ir por más.
Recuerdos, anécdotas y emociones guardadas en el corazón son el motor que impulsa a estos dos atletas a no bajar los brazos y a estampar sus nombres, a través de los años, en una carrera que ya consideran propia.