¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
18 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Urge una casa para dos niños con quemaduras

Viernes, 25 de octubre de 2013 02:14
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Para llegar a Villa Cerámica antes hay que pasar por un páramo de tierra y pobreza que se ubica entre las instalaciones de La Veloz y la Cerámica, en la zona oeste de la capital salteña. Allí vive Valeria Verón, en una pequeña casa de madera, junto a sus tres hijos.

Más allá de las paupérrimas condiciones de la barriada, no tendría nada de extraordinario si no fuera porque dos de sus niños sufren quemaduras en varias partes de sus cuerpos. La mayor de 5 años y el del medio de 2 padecen las cicatrices por las quemaduras de un incendio en julio de 2012.
La mamá es una mujer joven de 22 años que luchó durante meses por la vida de sus hijos en Buenos Aires.
Recién en septiembre del año pasado le dieron el alta a sus nenes del hospital Garrahan y ni bien llegó a Salta se fue a las oficinas de Instituto Provincial de Vivienda.
“Yo fui a las oficinas del IPV, saqué un número, como todos, y cuando me atendieron me dijeron que me quede tranquila porque ellos me llamarían para que comience los trámites, pero nunca más llamaron”, dijo Valeria.
Desde el organismo dijeron que la mujer no tiene abierta ninguna carpeta de solicitud, la cual es necesaria para acceder al beneficio que a ella le corresponde automáticamente.
Pero también sucede que desde el IPV tampoco la llamaron ni la asistieron en su muy excepcional condición. Es decir, Valeria fue en septiembre de 2012 a preguntar a las oficinas del IPV, le dijeron que la llamarían, nunca lo hicieron, ella nunca volvió y los chicos siguen viviendo en malas condiciones.

Salud
Si bien los niños salieron del hospital, siguen con un tratamiento intensivo por las graves consecuencias de sus quemaduras. La nena tiene el 25 por ciento de su cuerpo afectado y el nene de 2 años es el que más sufre con un 55 % quemado.
“Los médicos me dijeron que mis hijos no pueden estar expuestos al polvo, pero ya ven que acá vivimos en la tierra. Estamos detrás de la Cerámica y es imposible cumplir con esa prescripción”, dijo la mamá a El Tribuno. Otra de las indicaciones que no puede cumplir Valeria es el tema de mantenerlos constantemente hidratados en su piel, que se realizan con baños y duchas. Sucede que donde vive no hay agua corriente por lo que tiene que acarrear el líquido en baldes constantemente. Para completar el cuadro de condicionantes se debe advertir que no hay cloacas, sino pozo ciego.

Hace un mes que no va a la escuela

El más chico es un bebé que vive postrado en la única cama de dos plazas de la casa y es el que más sufre las intensas picazones. La nena comenzó este año el Nivel Inicial en el Hogar Escuela y disfruta de los juegos con sus compañeros. Sucede que ahora, en vez de avanzar en la cicatrización, empeoró.
Las condiciones de villa Cerámica no son las ideales y eso afectó a su escolaridad. “Cuando empezó el calor mi nena dejó de ir a la escuela porque no puede estar tanto tiempo sin su crema, entonces le comienza a picar la piel y la maestra ya me llama para que la traiga. Desde hace más de un mes que no va y eso la perjudica”, dijo Valeria.
De tanto friccionarse las cicatrices se vuelven a lastimar y todo el tratamiento vuelve a cero.
 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD