Lejos de ser una jornada importante para los salteños, hoy será un día más. Es que el Concejo Deliberante capitalino, con mucha rosca de por medio y a espaldas de los ciudadanos, elegirá el próximo Defensor del Pueblo. Martín Avila, quien llegó a ser preseleccionado en un proceso sumamente viciado, es el bendecido por el oficialismo para ocupar ese lugar.
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Lejos de ser una jornada importante para los salteños, hoy será un día más. Es que el Concejo Deliberante capitalino, con mucha rosca de por medio y a espaldas de los ciudadanos, elegirá el próximo Defensor del Pueblo. Martín Avila, quien llegó a ser preseleccionado en un proceso sumamente viciado, es el bendecido por el oficialismo para ocupar ese lugar.
“Ser ciudadano argentino, tener acreditada experiencia o actuación en la Administración Pública, haber residido ininterrumpidamente en la ciudad de Salta durante los 5 años inmediatos anteriores y no guardar vínculo de parentesco por consanguinidad o afinidad en ambos casos hasta el segundo grado, ni conyugal, con concejales en ejercicio” son las condiciones que debe reunir el Defensor del Pueblo, según la ordenanza municipal Nº 14501.
Pero este último punto, destacado por el inciso 5, ya está en duda dado que Avila, siendo todavía concejal por Memoria y Movilización, participó en la elaboración de la resolución que establece el llamado y luego optó por modificar una resolución que le otorgó a él mismo (y a otros binomios) la prórroga que le permitió presentarse.
La molestia entre sectores opositores creció con la evidente especulación del exedil. Es que el referente del partido satélite del Gobierno decidió renunciar a su banca unos días después de que en las PASO provinciales no superara el piso del 1,5% exigido por la nueva ley electoral, lo que lo dejó en una incómoda situación política y económica.
Microclima lejos de la realidad
El oficialismo ya hizo público su apoyo al binomio de Martín Avila y Emiliano Villazón a través de Frida Fonseca. Pese a que la edil isista afirmara días atrás que la elección del Defensor del Pueblo estaba vapuleada, ayer manifestó que el dirigente ligado al kirchnerismo nacional le parece un “buen candidato” para ocupar el lugar que dejó vacante Alvaro Ulloa.
Diversos sectores opositores ya plantearon su descontento por lo que fue el proceso de selección y, seguramente, apoyarán a los dos binomios restantes. Por su parte desde el PO, a través de Arturo Borelli, adelantaron que se abstendrán. Sin embargo, todo esto transcurre en un microclima político totalmente alejado de la realidad que hoy atraviesan los salteños.
El proceso fuertemente viciado exige cambios y en un corto tiempo. ¿Por qué no pensar en que se implemente el voto popular como lo insinuó el intendente Miguel Isa?
Positivo sería ponerle un plazo a este proyecto y marcar una fecha a la elección; el tercer domingo de marzo de 2014, tal vez. Eso sí, que el próximo Defensor del Pueblo no guarde vínculo con concejales, que no tenga afiliación política tal como lo destaca el articulado y que, por sobre todo, que el o la que sea electo hoy no tenga ventajas y utilice los recursos del Estado para hacer campaña.