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“Estamos armados, hoy se pudre todo. El verdulero, yo, el muchacho de la otra esquina. Hoy los estamos esperando nosotros, con armas de guerra. Esto es una guerra. Tengo granadas también”.
El relato pertenece a un comerciante que se identificó como Eduardo Lombardi, en Quilmes, sobre la calle Varela, a dos cuadras de la autopista Buenos Aires-La Plata. En diálogo con el periodista Luis Novaresio dijo que está cansado de los hechos vandálicos y que no está dispuesto a perder “una moneda de nada”.
“El lunes nos salvamos de milagro, yo quisiera saber qué haría algunos de ustedes si tuviera un negocio y te saquean”, resaltó, enojado, alrededor de otros comerciantes que adoptar la misma actitud en las últimas horas tras las protestas de policías.
Hoy se cumple una semana desde que comenzaron los saqueos en el interior del país. Fue la provincia de Córdoba el primer foco de tensión. A partir de allí se originó un efecto dominó en todas las provincias, en donde los policías dejaron de custodiar las calles en reclamo de mejoras salariales.
En las últimas horas se agravó la situación en las provincias del norte del país. Hay personas muertas y varios heridos en la provincia de Chaco y Tucumán y en la ciudad de Concordia. En la provincia de Buenos Aires, la tensión comenzó a bajar anoche luego de que el gobernador Daniel Scioli firmara un decreto elevando los salarios mínimos de las fuerzas.