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Crivelli se graduó en Salta y actualmente vive en Roma. Su familia estuvo relacionada con la del papa Juan XXIII. Es un atento observador de la realidad italiana y ayer conversó con El Tribuno
¿Cómo cayó en Roma la renuncia del Papa?
Sorprendió como a todo el mundo, pero no con aprensión sino con afecto.
El romano ¿qué dice, que comenta?
Aquí el ciudadano común de Roma opina que es una medida que indica mucho coraje y humildad y que es para el bien de la Iglesia.
¿Se sabía de la renuncia, trascendido algo?
No, hace un año se hablo de su posible asesinato, hace tres meses que le fue sustituido el pacemeker, pero de su renuncia no se sospechaba nada. Parece ser que solo su hermano estaba al tanto de lo que Benedicto XVI iba a hacer.
¿Se cree que la renuncia es por “falta de fuerza” como dice o hay otras razones?
Esa “falta de fuerza” es de orden físico y por la avanzada edad. Es que en la soledad del papado tuvo que hacer frente a numerosos escándalos, el ultimo el del banco del Vaticano, el IOR, con reciclado de dinero sucio, coimas, el problema del mayordomo que intentando ayudar contribuyo a hacer publico ese escándalo. En fin,
él quiso hacer mucho, pero con pocos resultados por los frenos puestos por una serie de personajes. Entonces, con esta acción inesperada, él hace que todo pueda partir de cero. El nuevo Papa pondrá nuevos
personajes en todos los niveles y tendrá que tener la energía suficiente para enfrentar el sector conservador y hacer avanzar lo dictado por el Concilio Vaticano II.
¿Ya suenen algunos nombres para la sucesión?
No, no hay ningún nombre sobre el nuevo Papa. Lo que abundan son las naturales especulaciones de los periodistas.