Cheee, ando buscando a los amigos que pedían nuestro voto y decían que nos iban a cubrir la espalda. Es que tras el impuestazo y los tarifazos todo el mundo quiere salvarse y los precios están por la nubes. Les cuento que estoy decido a pedirle al dire un aumento del 100% porque no me alcanza para el “guillo”. Siempre repito que mi pensamiento es no renegar, y que si me tengo que morir de un infarto sea porque me tomé dos viagras y no por un colerón, así que me la tomo con soda a esta situación.
Al ver que todo el mundo reniega que ya la plata no alcanza para nada, que los 100 pesos son mágicos, que apenas los sacás ya desaparecen, decidí ir a la cancha de los acontecimientos. Puse el pecho a las balas y le dije a la patrona “hoy compro yo y pago yo las compras del día”. Casi me muero por hacerme el héroe, se me fue todo el “guillo” que tenía para el mes. Para los y las que no saben qué es el “guillo” les cuento que son los manguitos que tenemos escondido para alguna situación especial, como tomar una cervecita con empanadas en el centro o alguna pataperriada con los muchachos, pesca por ejemplo. Las señoras usan el “guillo” para algunas pilchas, perfumes o malcriar hijos o nietos. Se lo juro que casi quedo mudo cuando pedí un kilo de uvas y me cobraron 12 pesos, una lechuga 4 mangos, dos tiras de miñones 5 mangos, cada tortilla 70 centavos, un melón medianito 20 mangos y así un montón de cosas más. Cuando me tocó comprar la carne se me fue el humor y pegué la vuelta a casa pensando que no vuelvo a hacerme más el gentil porque la inflación ya me dejó sin el “guillo”. Además, las amas de casa son magas, nosotros los hombre no. Ellas estiran los 100 pesos como chicle. Cuando me digan: “¿Querés ir al alamacén?”, diré que profiero lavar los platos, aunque también tengo que evitar eso porque un estudio dice que los que ayudan en los quehaceres domésticos tienen menos vida sexual. Por eso ahora le mando un mensaje a mi media naranja: “Lo único que puedo hacer en la casa, de ahora en más, es atender el teléfono, ¿estamos cariño?, bueno, si vos querés, digo... mi vida”.