.La cantidad de niños desnutridos ha disminuido en el norte y centro de la provincia, pero ha aumentado en el oeste y el sur. Esta es una de las principales conclusiones que María Lapasset, secretaria adjunta de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y coordinadora de Unidad Popular (FAP), desprendió de estadísticas oficiales.
Lapasset, cardióloga de niños y voz respetada en la Asociación de Profesionales de la Salud de Salta (Apsades), expuso fisuras en el nivel primario de atención e indicadores de retroceso en materia de salud infantil.
En su informe, la facultativa advirtió que, si bien la desnutrición infantil ha tenido un leve descenso entre 2010 (11%) y 2011 (10,6 %), hay dos marcadores que preocupan: uno es que la cantidad de niños de 1 a 5 años controlados por los agentes sanitarios ha venido decreciendo, gradualmente, hasta ubicarse en el 46% en 2011 (último año con datos actualizados por la Dirección de Estadísticas de la Provincia). Esto significa que más de la mitad de los niños salteños de 1 a 5 años (el 54%) no son controlados en su estado nutricional. “¿Cómo se puede disminuir la desnutrición si no se hacen los controles para detectarla?”, se preguntó Lapasset.
Un segundo marcador preocupante se desprende del análisis por zonas sanitarias, ya que la cantidad de niños desnutridos ha disminuido en el norte y centro de la provincia, pero ha aumentado en el oeste y el sur. Según reportó la referente salteña de la CTA, en el oeste de Salta en 2011 hubo 88 niños desnutridos más que en 2010, mientras que en la zona sur fueron 77 niños más.
“De las zonas norte y centro provenían los casos de desnutrición que han tenido en los últimos años repercusión mediática y, probablemente, hacia allí se dirigieron las escasas políticas públicas para paliar este flagelo”, interpretó Lapasset, para sostener que “se vistió un santo y se desvistió otro”.
La médica salteña hizo notar que el estado de salud de una población no solo depende de las medidas que tome el Ministerio del área, sino que es la resultante de otros múltiples ingredientes como la provisión de agua potable, el tratamiento de las excretas, la vivienda adecuada, el medio ambiente saludable y el nivel de ingresos en el hogar que permite, o no, cubrir la canasta básica.
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.La cantidad de niños desnutridos ha disminuido en el norte y centro de la provincia, pero ha aumentado en el oeste y el sur. Esta es una de las principales conclusiones que María Lapasset, secretaria adjunta de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y coordinadora de Unidad Popular (FAP), desprendió de estadísticas oficiales.
Lapasset, cardióloga de niños y voz respetada en la Asociación de Profesionales de la Salud de Salta (Apsades), expuso fisuras en el nivel primario de atención e indicadores de retroceso en materia de salud infantil.
En su informe, la facultativa advirtió que, si bien la desnutrición infantil ha tenido un leve descenso entre 2010 (11%) y 2011 (10,6 %), hay dos marcadores que preocupan: uno es que la cantidad de niños de 1 a 5 años controlados por los agentes sanitarios ha venido decreciendo, gradualmente, hasta ubicarse en el 46% en 2011 (último año con datos actualizados por la Dirección de Estadísticas de la Provincia). Esto significa que más de la mitad de los niños salteños de 1 a 5 años (el 54%) no son controlados en su estado nutricional. “¿Cómo se puede disminuir la desnutrición si no se hacen los controles para detectarla?”, se preguntó Lapasset.
Un segundo marcador preocupante se desprende del análisis por zonas sanitarias, ya que la cantidad de niños desnutridos ha disminuido en el norte y centro de la provincia, pero ha aumentado en el oeste y el sur. Según reportó la referente salteña de la CTA, en el oeste de Salta en 2011 hubo 88 niños desnutridos más que en 2010, mientras que en la zona sur fueron 77 niños más.
“De las zonas norte y centro provenían los casos de desnutrición que han tenido en los últimos años repercusión mediática y, probablemente, hacia allí se dirigieron las escasas políticas públicas para paliar este flagelo”, interpretó Lapasset, para sostener que “se vistió un santo y se desvistió otro”.
La médica salteña hizo notar que el estado de salud de una población no solo depende de las medidas que tome el Ministerio del área, sino que es la resultante de otros múltiples ingredientes como la provisión de agua potable, el tratamiento de las excretas, la vivienda adecuada, el medio ambiente saludable y el nivel de ingresos en el hogar que permite, o no, cubrir la canasta básica.
Un “remedio sencillo”
En este contexto, Lapasset insistió en que hay un solo y sencillo remedio inmediato para atender la urgencia de los niños con hambre: comida. “Esa debería ser, hoy por hoy, la prioridad de cualquier gobierno”, recalcó, tras cuestionar que, esporádicamente, algún medio periodístico porteño recuerda que en Salta mueren niños por hambre. “En estos días ha visitado la provincia el periodista Jorge Lanata”, apuntó la médica, y se preguntó si la motivación para estas notas será “una real preocupación por la salud de los niños salteños, que ojalá que así sea, o hay otro objetivo subyacente, o un mero interés comercial por la noticia que vende”. Mientras tanto -lamentó- “hay niños con hambre y siguen muriendo, en la tierra que produce toneladas de soja para alimento de chanchos”.
La facultativa remarco que las estadísticas de la Provincia así lo demuestran. Recordó que es la página de la Dirección de Estadísticas -que había desaparecido de la Web hasta hace unas semanas- la que muestra datos preocupantes. Ayer, tras entrevistar a Lapasset, El Tribuno intentó ampliar la información, pero chocó con leyendas de “error en la URL” (la dirección de esos vínculos).