¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
29 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Maduro continuará gobernando como presidente interino

Jueves, 07 de marzo de 2013 12:38
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Incluso desde su lecho de muerte se siguen las órdenes de Hugo Chávez. El hombre al que ungió como su sucesor, el vicepresidente Nicolás Maduro, continuará gobernando Venezuela como presidente interino y será el candidato de los socialistas que gobiernan el país en las elecciones que se convocarán en los próximos 30 días.

El ministro de Relaciones Exteriores, Elías Jaua, lo confirmó así el mismo martes, pocas horas después de que Maduro, con lágrimas corriendo por el rostro, anunciara la muerte de Chávez, un excomandante de paracaidistas del ejército que saltó a la fama luego de un fallido golpe de Estado en 1992 y que gobernó Venezuela prácticamente solo durante más de 14 años.

Sin fecha definida

No se supo de inmediato cuándo se podrían celebrar las elecciones presidenciales.

Lo que sí se sabe es que habrá pompas fúnebres considerables para honrar a Chávez, un líder político que conquistó el corazón de los pobres de Venezuela por poner al Estado, rico en petróleo, a su servicio.

El Gobierno declaró siete días de duelo. Todas las clases fueron suspendidas durante una semana y se espera la llegada de varios jefes de Estado de gobiernos amigos a una amplia ceremonia funeral mañana. No se anunciaron aún fecha ni lugar para el entierro de Chávez.

La Constitución de Venezuela consigna que en caso de que un mandatario electo no pueda juramentar, el presidente de la Asamblea Nacional debe asumir el gobierno y llamar a elecciones en 30 días.

Desapego a la Carta Magna

Sin embargo, los funcionarios que Chávez puso a cargo del gobierno antes de que el presidente viajara a Cuba en diciembre para su cuarta cirugía de cáncer en poco menos de dos años no se han apegado especialmente a la Carta Magna.

Los activistas de derechos humanos y la libertad de expresión han dicho estar preocupados de que continúen evadiendo el imperio de la ley.

Después que el Gobierno anunció la muerte de Chávez, sin aclarar cuál fue exactamente la causa, los venezolanos se apresuraron para regresar a sus hogares y acopiarse de alimentos y agua, algunos con angustia y otros con temor.

El lunes por la noche el Gobierno había dicho que el presidente se había debilitado por una infección respiratoria grave y nueva.

El martes fue un día lleno de indicios mixtos, algunos premonitorios. Apenas unas horas antes de anunciar la muerte de Chávez, Maduro acusó virulentamente a sus enemigos, tanto nacionales como extranjeros, de tratar de socavar la democracia venezolana. Entre ellos incluyó claramente a Estados Unidos. El Gobierno dijo que dos agregados militares de Estados Unidos habían sido expulsados por tratar supuestamente de desestabilizar el país.

“Dignos herederos”

No obstante, al anunciar que el presidente había muerto, Maduro cambió de tono y convocó a los venezolanos a ser “dignos herederos e hijos de un hombre gigante como fue y como siempre será el comandante Hugo Chávez. Que no haya flaquezas, que no haya violencia, que no haya odio. Que en nuestro corazón haya amor, paz y disciplina”, agregó.

El líder más visible de la oposición, Henrique Capriles, quien perdió ante Chávez en las elecciones presidenciales de octubre y que se espera que sea el candidato de la oposición para competir con Maduro en los próximos comicios, mostró un tono conciliador en un discurso televisado.

“Este no es el momento de subrayar lo que nos separa. Esta no es la hora de la diferencia, es la hora de la unión, es la hora de la paz”, dijo.

Capriles, gobernador de Miranda, ha estado peleando fuertemente con Maduro y otros chavistas que lo han acusado de aliarse con las fuerzas de extrema derecha de Estados Unidos para socavar la revolución.

Prometió lealtad hasta más allá de la muerte

 

LLANTO | UNA CARAQUEÑA Y SUS HIJAS DAN RIENDA SUELTA A SU DOLOR.

 

El vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, ha sido uno de los incondicionales del presidente, Hugo Chávez, junto al que ha estado en las buenas y en las malas durante los últimos 20 años y a quien prometió lealtad hasta más allá de la muerte.

Algunos lo tildan de radical y todos coinciden en su indiscutible lealtad al proyecto de Chávez, del que no se separó en los últimos 20 meses.

A él lo ungió Chávez como su sucesor y a él le correspondió dar la noticia de la muerte del líder de la revolución bolivariana.

Quienes lo conocen aseguran que es un hombre de equipo, que sabe apoyarse en los grupos con que trabaja y tiene grandes dotes de negociación aprendidas durante su pasado sindicalista, del que también sacó una profunda y estructurada formación ideológica maoísta.

Exlíder sindical, de 50 años, antes de ser la cara de Venezuela en el exterior fue durante muchos años chófer de autobús, se ha codeado en la alta política internacional sin complejos y sin ocultar con naturalidad que no habla más que español.

Después de convertirse en 2006 en el ministro de Exteriores más joven de la era Chávez, Maduro fue nombrado vicepresidente en octubre pasado, centrando todas las miradas y erigiéndose de facto, y sin demasiadas sorpresas, en el hombre fuerte del chavismo.

Nacido en Caracas en 1962 y criado en la popular barriada de El Valle, Nicolás Maduro es un convencido izquierdista que se inició en grado medio como líder estudiantil.

Sin pasar por la universidad, trabajó como chofer de autobuses del Metro de Caracas llegando a ser un destacado líder sindical en los años 90. Conoció a Chávez mientras este cumplía condena en prisión por su fallido golpe de Estado de 1992, en un momento en que varios grupos se acercaban al teniente coronel.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD