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Ariel Castro es el padre de la hija que Amanda Berry, una de las tres jóvenes que estuvo secuestrada durante una década en Cleveland, tuvo durante su cautiverio, dijeron ayer las autoridades estadounidenses.
La Oficina del Fiscal de Ohio indicó que las pruebas de ADN realizadas tanto a Castro como a la hija de Berry, que tiene ahora seis años de edad, confirman la paternidad.
Las autoridades estadounidenses obtuvieron una muestra del ADN de Castro tras su detención el pasado lunes y en las últimas horas han estado realizando pruebas para determinar si es el padre de la hija de Berry, así como si está implicado en otros delitos anteriores, informaron.
El fiscal general de Ohio, Mike De Wine, también señaló que el perfil de ADN de Castro fue comparado con los perfiles existentes en la base de datos CODIS, que almacena material genético recuperado de delitos cometidos en todo el país.
Sin pruebas por ahora
De Wine informó luego que no se encontró ninguna equivalencia con casos ocurridos en Ohio. Y añadió que todavía se está a la espera de los resultados a nivel nacional, búsqueda que está realizando el FBI por su parte. Castro, de 52 años y origen puertorriqueño, está encarcelado en la prisión del condado de Cuyahoga, en el centro de Cleveland, y no tiene condenas en su haber ni antecedentes delictivos.
Pero desde el rescate el pasado lunes en su domicilio de Cleveland de Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesús, tres jóvenes que desaparecieron de la ciudad hace una década, los investigadores están tratando de determinar si Castro está relacionado con otros casos de personas desaparecidas, asesinatos o delitos sexuales.
La familia política lo tildó de monstruo
Ariel Castro aterrorizaba a la madre de sus hijos encerrándola, golpeándola y torturándola psicológicamente antes de que su relación se acabara, dijeron los familiares de la mujer.
Varios familiares de Grimilda Figueroa, que abandonó a Ariel Castro hace años y murió en 2012, trazaron un retrato aterrador sobre la vida con Castro mientras las autoridades hacían públicos los detalles de los abusos sufridos por las cautivas.
Los familiares políticos describieron a Castro como “un monstruo” que abusaba de su esposa y encerraba a su familia.
Los familiares de Figueroa dijeron que Castro la golpeaba salvajemente, la arrojó desde la parte superior de unas escaleras, le fracturó la nariz y le dislocó un hombro, entre otras lesiones. Su hermana, Elida Caraballo, dijo que Castro una vez la empujó dentro de una caja de cartón y cerró las tapas. “Le dijo: ‘¡Te quedas allí hasta que yo te diga!’”, recordó la hermana, que lloraba al recordar el tormento. “Me asusté y corrí a buscar a mis padres”, agregó.