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El candidato a senador nacional por el oficialismo Rodolfo Urtubey utiliza el mismo número de celular que tenía cuando era funcionario provincial y se desempeñaba como director ejecutivo del Fondo de Reparación Histórica.
Hoy, que se supone alejado de la función pública y dedicado plenamente a la campaña electoral, el hermano del gobernador sigue utilizando herramientas que le provee el Estado para hacer política y posicionarse ante la opinión pública como candidato.
El proselitismo, valga la aclaración, se debe interpretar como una actividad que está fuera de los presupuestos gubernamentales y que les cabe a los partidos políticos que manejan sus propios fondos y también a los propios candidatos que arriesgan capital en su postulación. Pero estos razonamientos están lejos de la conducta de Rodolfo Urtubey.
El número que utiliza el exdirector del Fondo de Reparación Histórica y ahora candidato a senador nacional por Salta, pertenece a un funcionario en actividad, de acuerdo a las líneas que contrata el Ejecutivo provincial para ser utilizadas en la función de gobierno.
Ayer a la mañana, en una entrevista radial, Urtubey fue consultado a ese número sobre sus actividades de campaña y consideró que, pese a la prohibición de la Justicia Electoral, el proselitismo sigue firme ya que todos los candidatos lo llevan adelante y aseguró que es un efecto de los tiempos preelectorales.
Tal vez el hermano del gobernador no cayó en cuenta hasta el momento que el uso de una línea de teléfono celular pagada por el Estado para hacer campaña está dentro de lo políticamente incorrecto, ya que es deseable para el electorado que ese dinero no salga del bolsillo de los contribuyentes.
No obstante, se puede inferir también que de acuerdo a la actividad que el “Tolo” viene desarrollando en toda la provincia, es probable que se haya confundido y piense que aún es funcionario, ya que se lo puede ver en todos los actos de gobierno donde su hermano inaugura obras.
Estas circunstancias le sirven de plataforma y exposición política y a través de ellas busca obtener los réditos que no pudo conseguir con el manejo de los 800 millones de pesos que el gobernador Urtubey le dio con manejo discrecional.
Esta proximidad tan evidente entre la actividad política y la gestión gobierno, provoca más de un comentario y muchos se preguntan si los viajes y la presencia de Rodolfo Urtubey en los actos de gobierno también demandan del Estado el pago de viáticos.