“Llegamos sin rencores, pero con memoria”, afirmó el 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner cuando asumió la presidencia de la Nación, y desde ese día las puertas de la Casa Rosada se abrieron definitivamente para el pueblo.
inicia sesión o regístrate.
“Llegamos sin rencores, pero con memoria”, afirmó el 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner cuando asumió la presidencia de la Nación, y desde ese día las puertas de la Casa Rosada se abrieron definitivamente para el pueblo.
A poco de la asunción, las Abuelas manifestábamos nuestra sensación de que algo estaba cambiando: “Todo nuestro pueblo ansía justicia, justicia en su sentido más amplio, desde la visión que nuestros hijos tuvieron de una sociedad justa, igualitaria e independiente, de un país para todos”, decíamos.
Y expresábamos también la esperanza de “que la riqueza de nuestro país se distribuya con justicia, para que la seguridad se obtenga con trabajo e inclusión social y no con palos y gatillo fácil, para que los genocidas estén en el lugar que les corresponde, la cárcel. Para que los niños y jóvenes tengan hoy un lugar de respeto a sus derechos. Para que la memoria histórica sea un valor en el presente”.
Néstor cumplió, Cristina también y continúa haciéndolo. Cada uno, a su turno, obedeció el rumbo que el pueblo les dictó en las urnas y así pudimos ir recuperando el derecho al trabajo, la seguridad social, la educación, la salud. Las Abuelas podemos dar fe de todo esto porque caminamos los barrios y las provincias, porque estamos en permanente contacto con los jóvenes, porque llevamos 35 años luchando y buscando a nuestros nietos.