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El Cedin pasó a ser una opción de pago para todo aquel que opera en el mercado inmobiliario, compra de electrodomésticos, pagos de viajes al exterior o otros usos, según la reglamentación que hizo del certificado el Banco Central. Todo un trabajo de ingeniería financiera, casi es una moneda fiduciaria, en el sentido que tiene como principal respaldo la fe y la confianza del público, ya que carece del valor del papel billete.
Es una sofisticación de moneda bancaria que creó el Banco Central para controlar la política de cambios en la Argentina. Su presencia anticipada ha sido uno de los principales motivos para que empiece a bajar el dólar paralelo. El Gobierno quiere con los Cedin que el “blue” cueste en octubre -mes político de la gestión actual, por el tiempo electoral- solamente entre $7,50 u $8.
Los instrumentos de pago pasarán en breve a constituir una liquidez secundaria (la segunda opción en moneda) para el dólar. Permitirán hacer más fluida la circulación del billete verde pero en otro formato, el del certificado.
El Central en su obstinado control de cepo con el “blue”, empezó a observar el desabastecimiento del billete verde que logró un precio orbital en los días del alza: $10. Los Cedin tendrán la misión de desacelerar la demanda de dólares y mejorar la posición de la moneda estadounidense en manos de los inversores, sobre todo en la de los desarrolladores inmobiliarios. Uno de los indicadores más próximos a la desconfianza económica argentina es el valor del dólar. Fluctúa según los momentos de desahorro cuando cae el ingreso y se pierden sumas acumuladas.
Lograr el atesoramiento de dólar en el país fue históricamente signo de confianza económica, lo contrario, disminución de la tasa de riqueza. El dólar da poder para consumir, viajar, poder invertir en propiedades (siempre valuadas en moneda estadounidense y cotizadas a precio “blue”), en fin, el dólar protege a la renta financiera personal como escudo frente a la depreciación del peso. El papel del Banco Central nace en un contexto económico donde la desconfianza frente al modelo económico fue máxima y así, surgió el blanqueo de capitales. Algunos lo reprocharon como cuestionable porque se premió a evasores y fugadores de capitales. Los inmobiliarios que tenían parado su mercado paralizado varios meses sintieron alivio frente al Cedin.
“Los certificados permitirán comercializar inmuebles nuevos y usados, ventas desde el pozo, fideicomisos y campos”, señaló Roberto Arévalo, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA). La reglamentación del Cedin para el sector estableció que la escritura se va a hacer con los billetes que sean productos del certificado. El comprador del inmueble debe cumplir con un aviso previo de 48 horas para notificar al banco que usará esos certificados. El Cedin tendrá endoso optativo y se deberán presentar certificados de obra. Por el momento existe mucha expectativa.